La Nasa está investigando el concepto de una vela solar que serviría para explorar los polos del Sol.
El concepto, llamado proyecto de Vela Solar Difractiva, utilizaría la luz solar para impulsarse a través del espacio y visitar partes del Sol que nunca se han visto antes.
Una vela solar funciona de forma similar a las velas de la Tierra que utilizan el viento, pero en lugar de los cambios en la presión del aire, utilizan el impulso de los fotones que rebotan en la superficie reflectante de la vela para navegar por el vacío del espacio.
Estas velas se asemejan a grandes espejos y permiten a las naves acelerar a velocidades que no serían posibles con cohetes y combustible convencional. Además, no tienen piezas móviles y nunca se desgastan.
Los diseños de las velas solares reflectantes tienen algunos inconvenientes: normalmente tienen que ser grandes y delgadas, y están limitadas por la dirección de la luz solar. Esto crea un equilibrio entre su velocidad y su navegación.
Este nuevo diseño de vela solar, sin embargo, utilizará la difracción -la forma en que la luz se propaga o se curva alrededor de los obstáculos- para viajar mejor por el espacio. Unas pequeñas rejillas incrustadas dentro de finas películas, permitirían a la vela difractar la luz para proporcionar una fuerza que será más eficiente para realizar maniobras orbitales sin tener que mover una estructura grande y endeble.
“La difracción permite esencialmente adaptar el ángulo al que se redirige la luz entrante”, dijo Amber Dubill, ingeniero mecánico del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins en Laurel (Maryland). También crearía un efecto holográfico de arco iris en la vela.
“Aunque esta tecnología puede mejorar una multitud de arquitecturas de misión, está preparada para impactar significativamente en la necesidad de la comunidad heliofísica de contar con capacidades únicas de observación solar”, dijo Dubill.
“A través de la ampliación del diseño de la vela difractiva y el desarrollo del concepto general de la vela, el objetivo es sentar las bases para una futura misión de demostración utilizando la tecnología de la vela de luz difractiva.”
Ya se ha experimentado con velas solares en el pasado. En los años 70, Carl Sagan intentó popularizar la idea, pero no pudo convencer a la Nasa de que construyera una.
No fue hasta 2010 cuando la agencia espacial japonesa lanzó Ikaros, una vela solar cuadrada y no muy grande que pretendía volar por Venus. Ahora que la humanidad mira más allá de la Tierra, Marte y las futuras estrellas, es posible que esta tecnología sea una alternativa atractiva a la propulsión por cohetes.
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