Los partidos de la oposición turca presentaron el lunes denuncias legales para presionar a los fiscales turcos para que investiguen las acusaciones de corrupción formuladas por un jefe mafioso fugitivo contra personas cercanas al partido gobernante del presidente Recep Tayyip Erdogan.
En una serie de tuits durante el fin de semana, Sedat Peker -un jefe del crimen convertido en denunciante- acusó al ex jefe de la Junta de Mercados de Capitales de Turquía, a un legislador del partido gobernante, a un asesor presidencial y a otras personas de formar parte de una red que supuestamente buscaba sobornos de empresas que cotizaban en bolsa.
Peker alegó que los miembros del grupo buscaron sobornos de una empresaria bajo la apariencia de “honorarios de consultoría”, para resolver un problema al que se enfrentaba su empresa. La empresaria confirmó las acusaciones al canal de noticias Halk TV el sábado.
El jefe de la mafia afirmó además que Serhat Albayrak -el jefe del grupo progubernamental Turkuvaz Media y hermano del yerno de Erdogan, Berat Albayarak- coordinó la supuesta trama de sobornos. El abogado de Albayrak negó la acusación y dijo que emprendería acciones legales contra las acusaciones “completamente falsas”.
Otros funcionarios también han negado las acusaciones.
El lunes, al menos cinco partidos de la oposición, entre ellos el principal Partido Republicano del Pueblo, o CHP, presentaron denuncias penales exigiendo que el poder judicial -al que acusan de estar al servicio del gobierno nacionalista de Erdogan- tome medidas sobre las acusaciones.
“Sabemos que el poder judicial está actualmente al servicio del gobierno”, dijo Mustafa Yeneroglu, del opositor Partido de la Democracia y el Progreso, o DEVA. “Sin embargo, presentaremos una denuncia penal… para que pase a la historia. Algún día habrá fiscales responsables que persigan estas desgracias”.
Peker, un jefe del crimen fugitivo de 51 años, apoyó en su día abiertamente al Partido de la Justicia y el Desarrollo de Erdogan. El año pasado se convirtió en un fenómeno de las redes sociales tras publicar una serie de vídeos desde su base declarada en los Emiratos Árabes Unidos en los que hacía acusaciones escandalosas contra figuras políticas turcas.
Más recientemente, ha estado haciendo acusaciones de corrupción a través de su cuenta de Twitter, después de que, al parecer, se le aconsejara que dejara de grabar vídeos por motivos de seguridad.
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