Los ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN discutieron el viernes la acumulación militar de Rusia en Ucrania en medio del escepticismo sobre la credibilidad de la oferta del presidente Vladimir Putin para aliviar las tensiones, antes de una semana de diplomacia de alto nivel destinada a poner fin al enfrentamiento.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y sus homólogos mantuvieron conversaciones en línea para preparar la primera reunión del Consejo OTAN-Rusia en más de dos años. Esa reunión del miércoles en Bruselas dará a los embajadores de la OTAN la oportunidad de discutir las propuestas de seguridad de Putin con el enviado de Rusia cara a cara.
Todo es parte de una serie de reuniones entre la OTAN, altos funcionarios estadounidenses y rusos y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, programadas para la próxima semana.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo el viernes que es importante hablar con Rusia sobre sus preocupaciones y que volverá a hablar con Putin “en los próximos días”.
“El diálogo no significa ceder”, dijo Macron a los periodistas en París en un evento para marcar el inicio del mandato de seis meses de Francia al frente de la Unión Europea.
Mucho contenido en los documentos que Moscú ha hecho públicos, un proyecto de acuerdo con los países de la OTAN y la oferta de un tratado entre Rusia y Estados Unidos, parece no ser un principio en la organización militar de 30 países, a pesar de los temores de que Putin pueda ordenar una invasión de Ucrania.
La OTAN tendría que aceptar detener todos los planes de afiliación, no solo con Ucrania, y poner fin a los ejercicios militares cerca de las fronteras de Rusia. A cambio, Rusia respetaría los compromisos internacionales que ha suscrito para limitar los juegos de guerra y poner fin a los incidentes de zumbidos de aviones y otras hostilidades de bajo nivel.
Respaldar tal acuerdo requeriría que la OTAN rechazara una parte clave de su tratado fundacional. Según el artículo 10 del Tratado de Washington de 1949, la organización puede invitar a cualquier país europeo que lo desee y que pueda contribuir a la seguridad en el área del Atlántico Norte, así como cumplir con las obligaciones de ser miembro.
Rusia anexó la península de Crimea en Ucrania en 2014 y luego apoyó una rebelión separatista en el este del país. Durante más de siete años, los combates han matado a más de 14.000 personas y devastado el corazón industrial de Ucrania, conocido como Donbas.
Rusia niega que tenga nuevos planes para atacar a su vecino, pero Putin quiere garantías legales que descartarían la expansión de la OTAN y el despliegue de armas. Moscú dice que espera respuestas a sus propuestas de seguridad este mes.
El Consejo OTAN-Rusia se creó hace dos décadas. Pero la OTAN puso fin a la cooperación con Rusia a través de la NRC en 2014 después de que anexó Crimea. La reunión del miércoles será la primera desde julio de 2019. Los funcionarios de la OTAN dicen que Rusia se ha negado a participar en las reuniones mientras Ucrania esté en la agenda.
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Los escritores de AP Samuel Petrequin y Sylvie Corbet en París contribuyeron a este informe.
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