Los jets privados podrían no ser lo suficientemente privados, según los líderes de la industria, después de que un adolescente de Florida lograra hacerse viral por rastrear el avión privado de Elon Musk en una cuenta de Twitter dedicada con más de 300.000 seguidores.
“El seguimiento en tiempo real y la difusión en línea de los vuelos de la aviación de negocios -por parte de cualquier persona, en cualquier parte del mundo, con cualquier motivo- plantea muchas preocupaciones serias, incluso con respecto a la seguridad de los pasajeros, la seguridad y el espionaje corporativo”, Dan Hubbard, el portavoz de la Asociación Nacional de Aviación de Negocios, dijo a Forbes.
“Estas preocupaciones se han visto reflejadas en repetidas ocasiones en la legislación bipartidista del Congreso que exige la [Federal Aviation Administration] que proporcione una opción de exclusión del seguimiento de vuelos en tiempo real”, añadió.
“Este último ejemplo de seguimiento de vuelos subraya la necesidad de garantizar que no se exija a las personas que renuncien a su seguridad personal por el mero hecho de subir a un avión”, dijo además.
La FAA permite que varios aviones protejan su identidad del público en los flujos de datos gubernamentales, pero sitios de código abierto como ADS-B Exchange capturan de todos modos los datos del transpondedor de los aviones públicos, lo que hace que estas protecciones sean incompletas.
Las empresas privadas, por su parte, ofrecen datos de seguimiento de vuelos a las empresas como medio para mantenerse al tanto de los movimientos de los competidores, lo que podría ofrecer una ventana a las fusiones u otra información de importancia estratégica.
El tema ha vuelto a ser objeto de conversación pública gracias a Jack Sweeney, un estudiante de primer año de la Universidad de Florida Central de 19 años, que se hizo viral después de tuitear actualizaciones periódicas sobre el paradero del fundador de Tesla.
El adolescente no sólo consiguió encontrar el jet privado de Elon Musk, sino que también rechazó al multimillonario cuando éste le ofreció 5.000 dólares para comprar la cuenta de twitter @ElonJet, alegando riesgos de seguridad.
Musk se puso en contacto con Sweeney en noviembre, ofreciéndole comprar su cuenta, lo que significaría “en general, hacer un poco más difícil que los locos me rastreen” utilizando los datos de los vuelos.
Sin embargo, el valiente codificador subió la apuesta: pidiendo 50.000 dólares y una pasantíauna oferta a la que el Sr. Musk no ha respondido.
El estudiante de Florida, que también rastrea el paradero de los aviones de Bill Gates y Jeff Bezos utilizando datos de código abierto, está vendiendo mercaderes sobre toda la debacle, con un texto que dice: “Sé lo alto que está Elon” y una imagen del jefe ejecutivo fumando un porro en el podcast de Joe Rogan.
También ha recibido una oportunidad laboral para trabajar como desarrollador en Stratos Jet Charters, una empresa con sede en Orlando dirigida por ex alumnos de la UCF.
“Entendiendo que actualmente está matriculado en la UCF, Stratos está encantado de trabajar con él por proyectos, a tiempo parcial o en prácticas para ayudarle a avanzar en sus objetivos educativos”, dijo el director ejecutivo de Stratos, Joel Thomas dijo al New York Post, diciendo que el joven desarrollador realmente “mostró su creatividad”.
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