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La Reserva Federal ha concluido su reunión de dos días con el presidente Jerome Powell anunciando otra subida de los tipos de interés de 0,75 puntos porcentuales.
Los responsables de la política monetaria intentan enfriar la creciente inflación, que actualmente se encuentra en niveles no vistos en cuatro décadas. El índice de precios al consumo de junio se disparó un 9,1% con respecto a hace un año.
Es el segundo aumento de esta magnitud desde junio y se hizo en una votación unánime. La Reserva Federal está presionada para seguir subiendo los tipos de interés de forma agresiva, pero debe mantener una línea muy fina para evitar una recesión.
Es también la cuarta subida de tipos de la Fed desde marzo. Desde entonces, el banco central ha endurecido cada vez más el crédito.
La medida del banco central eleva el tipo de interés de referencia a un día hasta un rango del 2,25% al 2,5%.
En una rueda de prensa posterior al anuncio, Powell dijo que las continuas subidas de tipos “serán apropiadas”, prometiendo que la Fed está decidida a hacer frente a la inflación y tiene la intención de volver a situarla en el nivel objetivo del dos por ciento.
También describió la economía como resistente y dijo que, aunque el crecimiento del empleo se ha ralentizado, sigue siendo sólido.
Powell afirmó que es probable que se produzcan nuevas subidas de tipos en los próximos meses para combatir la inflación y que incluso podría incluirse otra subida “inusualmente grande” si la inflación sigue decepcionando, pero que “probablemente sea apropiado ralentizar las subidas en algún momento”, todo dependerá de los datos.
Cuando se le preguntó si creía que EE.UU. estaba en recesión, Powell dijo que no creía que lo estuviera, citando el “notablemente fuerte” mercado laboral y añadiendo que “no tiene sentido” que el país esté en recesión ahora mismo.
Antes de las cifras del PIB del jueves, Powell advirtió que los datos iniciales suelen ser revisados.
Al elevar los tipos de interés, la Reserva Federal hace que sea más costoso pedir una hipoteca o un préstamo para automóviles o empresas. A su vez, los consumidores y las empresas probablemente pedirán préstamos y gastarán menos, enfriando la economía y frenando la inflación.
Las subidas de la Fed ya han provocado que el tipo medio de una hipoteca fija a 30 años se haya duplicado en el último año, hasta el 5,5%, y las ventas de viviendas han caído.
El banco central apuesta por ralentizar el crecimiento lo suficiente como para controlar la inflación, pero no tanto como para desencadenar una recesión, un riesgo que muchos analistas temen que pueda acabar mal.
En un declaración emitida el miércoles la hora del almuerzo, la junta de gobernadores dijo: “Los indicadores recientes de gasto y producción se han suavizado. No obstante, los aumentos de empleo han sido robustos en los últimos meses, y la tasa de desempleo se ha mantenido baja. La inflación sigue siendo elevada, lo que refleja los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, el aumento de los precios de los alimentos y la energía, y las presiones más generales sobre los precios.”
La declaración continúa: “La guerra de Rusia contra Ucrania está causando enormes dificultades humanas y económicas. La guerra y los acontecimientos relacionados están creando una presión adicional al alza sobre la inflación y están pesando sobre la actividad económica mundial. El Comité está muy atento a los riesgos de inflación”.
Algunos analistas señalan que hay indicios de que la economía estadounidense se está ralentizando e incluso podría haberse contraído en el primer semestre del año. Como resultado, les preocupa que la Fed pueda acabar endureciendo el crédito demasiado, demasiado rápido, y acabe provocando una desaceleración que provoque despidos y un aumento del desempleo.
Mientras tanto, el aumento de la inflación y el temor a una recesión han erosionado la confianza de los consumidores y han despertado la ansiedad del público sobre la economía, que está enviando señales frustrantes y contradictorias. Con la proximidad de las elecciones intermedias de noviembre, el descontento de los estadounidenses ha disminuido los índices de aprobación pública del presidente Joe Biden y ha aumentado la probabilidad de que los demócratas pierdan el control de la Cámara de Representantes y del Senado.
El jueves, cuando el gobierno estime el producto interno bruto para el período abril-junio, algunos economistas creen que podría mostrar que la economía se contrajo por segundo trimestre consecutivo. Eso cumpliría con un supuesto de larga data para saber cuándo ha comenzado una recesión.
Sin embargo, los economistas dicen que eso no significaría que haya comenzado una recesión. Durante esos mismos seis meses en los que la economía podría haberse contraído, los empresarios añadieron 2,7 millones de puestos de trabajo, más de los que se ganaron en la mayor parte de los años anteriores a la pandemia. Los salarios también están aumentando a un ritmo saludable, aunque muchos empresarios siguen luchando por atraer y retener a suficientes trabajadores.
Con información de The Associated Press
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