Una tormenta solar podría estar a punto de golpear la Tierra, al salir material de un agujero en el Sol.
La tormenta de clase G1 podría causar problemas de comunicación por radio, perturbar los satélites e interrumpir las migraciones de los animales, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos. No obstante, se trata de efectos relativamente menores, mientras que durante las tormentas geomagnéticas pueden producirse efectos mucho más dramáticos.
La organización señaló que tales condiciones eran “probables” el miércoles 3 de agosto, como resultado de un agujero en nuestra estrella.
Los agujeros coronales aparecen como manchas oscuras en las imágenes del Sol cuando se toman con rayos ultravioleta y X. Son partes más frías y menos densas de nuestra estrella, lo que significa que el viento solar puede escapar más fácilmente al espacio.
Esto significa que corrientes rápidas de viento solar pueden ser lanzadas fuera del Sol – y pueden ser dirigidas hacia la Tierra.
Una corriente de este tipo hará brillar nuestra atmósfera, provocando efectos potenciales tanto en el espacio justo por encima de nosotros como en la Tierra.
Los agujeros coronales pueden formarse en cualquier momento, aunque se producen más durante la época del mínimo solar. Actualmente estamos saliendo de dicha época y acercándonos al máximo solar, donde la actividad del Sol aumenta en intensidad, lo que se espera que llegue en algún momento alrededor de 2025.
A medida que se acerque ese momento, los científicos esperan que el clima espacial tenga un impacto más regular y potencialmente más dañino para la vida en la Tierra. Los científicos han advertido repetidamente que la civilización humana debería hacer más para protegerse contra el clima solar dañino antes de que lleguen eventos más intensos.
La escala de la NOAA para el clima solar comienza en G1, como se espera que sea la tormenta del miércoles, que se denomina “menor”.
Llega hasta G5 – una tormenta geomagnética “extrema” – donde se esperan problemas generalizados en los sistemas de energía, las naves espaciales podrían desorientarse, y las señales de radio y la navegación por satélite podrían quedar temporalmente fuera de servicio.
Sin embargo, estas tormentas solares extremas son relativamente raras. Las tormentas solares extremas de este tipo sólo se producen alrededor de cuatro días en cada uno de los 11 ciclos anuales del Sol.
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