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El momento del inminente viaje del canciller alemán Olaf Scholz a China y las señales que dará a Pekín han suscitado interrogantes en su país, dijo el jueves un miembro alemán del Parlamento Europeo.
Reinhard Butikofer, del Partido Verde, que forma parte de la coalición de gobierno, dijo en Taiwán que el viaje de un día de Scholz es “probablemente la visita más controvertida del país en los últimos 50 años”.
Scholz, que visitará Pekín el viernes, será el primer líder europeo que visite China desde la invasión rusa de Ucrania, a la que Alemania se ha opuesto firmemente. Pekín ha proporcionado a Moscú apoyo diplomático, ha acusado a Estados Unidos y a la OTAN de provocar el ataque y ha criticado con dureza las sanciones económicas impuestas a Rusia.
Algunos en las filas de la coalición de gobierno tripartita de Scholz han cuestionado al menos el momento de su visita. Sus viajes a Ucrania y Rusia en febrero también suscitaron polémica.
Butikofer, que forma parte de un grupo de legisladores europeos que visitan Taiwán, habló en una conferencia de prensa conjunta desde su habitación de hotel, donde estaba en cuarentena tras dar positivo en la prueba de COVID-19.
“Al igual que en otros países europeos y en la UE, todos juntos la política sobre China estará en transformación en transición durante algún tiempo”, dijo Butikofer. “Aquí no podemos volver a la política de China de ayer, porque las realidades han cambiado”.
La visita de Scholz también se produce cuando la inversión china en una terminal de contenedores en el puerto de Hamburgo ha suscitado la preocupación en Washington y en otros lugares de que China esté adquiriendo un gran control sobre infraestructuras clave en una nación aliada.
Scholz ha restado importancia al acuerdo y, en un compromiso, se autorizó a la empresa china COSCO a tomar una participación en el puerto inferior al 25%, lo que le prohíbe bloquear las decisiones de la compañía.
A pesar de las disputas, los lazos comerciales siguen siendo cruciales. China fue el mayor socio comercial de Alemania en 2021 por sexto año consecutivo, su mayor fuente de importaciones y su segundo destino de exportación después de Estados Unidos.
Scholz ha prometido aprovechar su viaje para abogar por la moderación y la ayuda de China para calmar las situaciones con Ucrania y Taiwán.
Ante las amenazas chinas de anexionarse Taiwán por la fuerza militar, la república isleña autónoma ha recibido un apoyo cada vez mayor de los políticos occidentales, aunque sus gobiernos sólo mantienen relaciones no oficiales con Taipei en deferencia a Pekín.
Butikofer dijo que la coalición gobernante de Alemania había acordado por primera vez una “clara expresión de apoyo a la democracia de Taiwán contra la agresión de China”, así como la “participación significativa” de Taiwán en las organizaciones internacionales de las que actualmente está excluida por la insistencia de China.
Junto a Butikofer estuvieron los parlamentarios Els Van Hoof de Bélgica, Sjoerd Sjoerdsma de Holanda y Mykola Kniazhytskyi de Ucrania.
En una conferencia de prensa, el ministro de Asuntos Exteriores de Taiwán, Joseph Wu, dijo que la visita de la delegación “demuestra la fuerza de las relaciones entre Taiwán y la Unión Europea y el vínculo que nos une con las democracias afines de todo el mundo.”
Sjoerdsma dijo que la visita tenía una resonancia especial tras el congreso del Partido Comunista en el poder, celebrado el mes pasado, en el que Xi Jinping reiteró la determinación de Pekín de “reunificar” a Taiwán. Las partes se separaron en medio de una guerra civil en 1949 y la gran mayoría de los taiwaneses rechazan los llamamientos de Pekín para que acepten el dominio chino.
“Tenemos un mensaje para Pekín y creo que el mensaje central de nuestra visita aquí es… que Taiwán no debe ser aislado, sino que los contactos no harán más que aumentar, que no nos dejaremos intimidar, que vendremos más a menudo, y que nuestras relaciones y nuestras amistades no deben ser determinadas por otros”, dijo Sjoerdsma.
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