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Las conversaciones sobre el contrato ferroviario siguen estancadas tras más de dos años de negociaciones, por lo que es probable que el presidente Joe Biden tenga que nombrar pronto una junta que ayude a resolver el conflicto.
La Junta Nacional de Mediación determinó el martes que la mediación no está funcionando en las conversaciones conjuntas que abarcan a unos 140.000 trabajadores de 13 sindicatos en los mayores ferrocarriles de carga. Estos trabajadores entregan las materias primas de las que dependen muchas empresas, así como los vagones, productos químicos y contenedores llenos de bienes de consumo que fabrican las empresas.
La ley federal que rige las conversaciones sobre el contrato dice que el siguiente paso es el arbitraje, pero ambas partes tienen que aceptarlo y los sindicatos han dicho que no lo harán. Eso significa que se espera que Biden nombre una Junta Presidencial de Emergencia para investigar por qué las dos partes no han podido llegar a un acuerdo y hacer recomendaciones.
Los sindicatos son optimistas en cuanto a que una junta nombrada por un presidente que se autodenomina pro-sindical será comprensiva con su lado, al tiempo que ayudará a acercar a las dos partes. Es probable que las recomendaciones de esa junta desencadenen una nueva ronda de negociaciones.
Pero los trabajadores también están frustrados después de no obtener ningún aumento desde 2019 y soportar las políticas de asistencia cada vez más estrictas que BNSF y Union Pacific han impuesto. Quieren que se les compense por mantener los ferrocarriles en funcionamiento durante la pandemia y quieren que su salario aumente lo suficiente como para compensar la inflación.
Además, han visto cómo se han eliminado casi un tercio de los puestos de trabajo del sindicato en los principales ferrocarriles de mercancías en los últimos años a medida que los ferrocarriles revisaban sus operaciones.
Los sindicatos también se oponen con vehemencia a las propuestas de los ferrocarriles de reducir las tripulaciones de dos personas a una.
“Los ferrocarriles siguen negándose a hacer una oferta remotamente cercana a lo que sus empleados considerarían ratificar”, dijo Dennis Pierce, el presidente nacional de la Hermandad de Maquinistas de Locomotoras y Trenes.
Los sindicatos afirman que las duras normas del lugar de trabajo que BNSF y Union Pacific adoptaron sin negociar dificultan el disfrute de tiempo libre.
El profesor de la Universidad de Rutgers, Todd Vachon, que imparte clases sobre relaciones laborales, dijo que la disputa del contrato ferroviario es anterior a la reciente oleada de huelgas, pero que la actual escasez de mano de obra puede hacer que los sindicatos se sientan más envalentonados a la hora de presentar sus quejas. Dijo que será interesante ver lo que ocurre si el desacuerdo recae en el Congreso para resolverlo porque “lo que está en juego ahora es mucho mayor” y el apoyo público a los sindicatos es mayor que en el pasado.
“Dado que los ferrocarriles atraviesan estados rojos y azules y emplean a trabajadores de diversas tendencias políticas, podría ser interesante que los líderes elegidos se posicionen de forma positiva”, dijo Vachon.
El Comité de la Conferencia Nacional de Transportistas que representa a UP, BNSF, CSX, Norfolk Southern, Kansas City Southern y otros ferrocarriles dijo que está decepcionado por el fracaso de la mediación.
“Sigue siendo en el mejor interés de todas las partes – y el público – para resolver esta disputa, proporcionar aumentos salariales rápidos para todos los empleados del ferrocarril, y evitar las interrupciones del servicio ferroviario”, dijo el NCCC.
Una huelga, que no se permitiría a menos que la junta presidencial fracase y el Congreso se niegue a intervenir en la disputa, podría resultar desastrosa para la frágil cadena de suministro que aún lucha por recuperarse de la escasez de trabajadores durante la pandemia.
Los ferrocarriles ya están teniendo problemas para entregar las mercancías a tiempo este año, en gran medida porque no pueden contratar a los trabajadores con la suficiente rapidez para mantener sus trenes en movimiento según lo previsto, ya que las empresas tratan de enviar más. Los ferrocarriles han dicho que la principal solución a sus actuales problemas de envío será la contratación y formación de cientos de trabajadores adicionales, algo que Pierce sugiere que sería mucho más fácil si los ferrocarriles ofrecieran a los trabajadores un mejor trato.
“Tratando a la gente así, no puedes esperar que la gente venga a trabajar para ti”, dijo.
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