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Tropas rusas y mercenarios hicieron llover artillería sobre las últimas rutas de acceso a la sitiada ciudad ucraniana de Bajmut el viernes, acercando a Moscú a su primera gran victoria en varios meses tras los combates más sangrientos de la guerra.
El jefe del ejército privado Wagner de Rusia, hablando en un vídeo grabado a unos seis kilómetros al norte de Bajmut, dijo que la ciudad, que ha quedado reducida a ruinas, estaba ahora casi completamente rodeada y que sólo quedaba una carretera abierta para las tropas ucranianas.
El intenso bombardeo ruso de las rutas que salen de Bajmut parecía tener como objetivo bloquear el acceso de las fuerzas ucranianas a la ciudad y su salida de ella.
Los soldados ucranianos trabajaban para reparar las carreteras dañadas y más tropas se dirigían hacia la línea del frente, en una señal de que Ucrania aún no estaba dispuesta a rendirse. Al oeste, los ucranianos cavaban nuevas trincheras para posiciones defensivas.
El comandante de las fuerzas terrestres ucranianas, Oleksandr Syrskyi, visitó Bajmut para mantener reuniones informativas con los comandantes locales.
La victoria en Bajmut, con una población anterior a la guerra de unos 70.000 habitantes, daría a Rusia el primer premio importante de una costosa ofensiva de invierno y un trampolín para capturar la región circundante de Donbás.
Ucrania dice que la ciudad tiene poco valor estratégico intrínseco, pero que las enormes pérdidas allí podrían determinar el curso de la guerra. Recapturó franjas de territorio en la segunda mitad de 2022, pero sus fuerzas llevan tres meses a la defensiva.
“Las unidades de la compañía militar privada Wagner prácticamente han rodeado Bajmut”, dijo el jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin, apareciendo en uniforme de combate. “Sólo queda una ruta (de salida). Las tenazas se están cerrando”.
Pidió a Volodymyr Zelenskiy que ordenara la retirada de Bajmut para salvar la vida de sus soldados. La cámara hizo un paneo para mostrar a tres ucranianos capturados -un hombre mayor de barba gris y dos niños- pidiendo que se les permitiera volver a casa.
El comandante de una unidad ucraniana de drones en Bajmut, Robert Brovdi, dijo en un vídeo publicado en las redes sociales que su unidad había recibido la orden de retirarse inmediatamente. Dijo que había estado luchando allí durante 110 días.
Ambas partes afirman haber infligido pérdidas devastadoras en Bajmut. Kiev ha dicho que sus fuerzas siguen resistiendo allí, aunque reconoce que la situación se ha deteriorado esta semana.
Volodymyr Nazarenko, comandante adjunto de la Guardia Nacional de Ucrania, declaró a Ukrainian NV Radio que la situación era “crítica” y que los combates se sucedían “las veinticuatro horas del día”.
En los últimos días se ha desatado la alarma en Rusia por sus propias vulnerabilidades potenciales después de que Moscú informara de una serie de ataques con drones contra objetivos en el interior de Rusia, seguidos de lo que dijo que era una incursión transfronteriza armada el jueves.
El presidente Vladimir Putin fue mostrado en televisión el viernes diciendo a su Consejo de Seguridad que intensifique las “medidas antiterroristas”.
Zelenskiy, por su parte, visitó a soldados heridos en un hospital militar de Lviv. Uno de ellos, estrechando la mano del presidente desde la cama, se disculpó por no poder levantarse. “No pasa nada”, le dijo Zelenskiy. “Llegará el momento y te levantarás”.
El canciller alemán, Olaf Scholz, tenía previsto reunirse con el presidente estadounidense, Joe Biden, en la Casa Blanca para tratar la ayuda militar adicional a Ucrania. Alemania fabrica los tanques Leopard prometidos en enero y que se espera que sean el núcleo de una nueva fuerza blindada ucraniana.
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