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Las muertes por accidentes de tráfico aumentaron un 12% hasta septiembre del año pasado, un aumento que, según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras, representa el mayor incremento porcentual de víctimas mortales en los primeros nueve meses del año desde, al menos, 1975.
La agencia estimó que 31.720 personas murieron en las carreteras estadounidenses el año pasado hasta septiembre, el total más alto desde 2006.
Las cifras publicadas el martes subrayan cómo ha continuado el aumento de las muertes atribuidas inicialmente al exceso de velocidad de los conductores en las carreteras vaciadas en medio de la pandemia, incluso cuando la gente ha vuelto a subirse a sus coches. También muestra la magnitud de los retos a los que se enfrenta el Departamento de Transporte, que la semana pasada se comprometió a eliminar las muertes en carretera.
“Tenemos que cambiar una cultura que acepta como inevitable la pérdida de decenas de miles de personas en accidentes de tráfico”, dijo Steven Cliff, administrador adjunto de la NHTSA. “Esto requerirá un enfoque transformador y de colaboración para la seguridad en las carreteras de nuestra nación”.
El aumento de las muertes ha desafiado las explicaciones simples y los esfuerzos para revertirlo, pero los expertos lo atribuyen en gran parte a los cambios de comportamiento que comenzaron cuando el coronavirus se propagó por primera vez.
Mike Hanson, director de la oficina de seguridad vial del Departamento de Seguridad Pública de Minnesota, dijo que esperaba que las muertes disminuyeran al quedarse la gente en casa. En cambio, vio cómo el exceso de velocidad y el comportamiento imprudente se apoderaban de las carreteras del estado.
“La velocidad a la que volvieron esos malos hábitos me parece bastante aterradora”, dijo. “Hemos borrado casi 20 años de progreso en la reducción de las muertes en el lapso de 24 meses. ¿Es algo que vamos a arreglar de la noche a la mañana? No, no lo haremos. Va a llevar algún tiempo”.
Minnesota ha sufrido un aumento particularmente fuerte en las muertes, viendo 266 en los primeros nueve meses de 2019 en comparación con 369 en el mismo período del año pasado. Hanson dijo que las cifras del estado para las primeras semanas de 2022 ofrecen alguna esperanza de que la ola finalmente haya cedido, con muertes más bajas en enero que en 2021.
Algunos estados sí vieron caer las muertes el año pasado, en algunos casos por debajo de donde estaban en 2019. Nebraska registró su número más bajo de muertes desde 2016, según el departamento de transporte del estado. Los funcionarios dijeron que no está claro cómo ha podido desafiar la tendencia nacional.
Bill Kovarik, el administrador de seguridad vial del estado, dijo que su equipo lanzó una campaña de conducción en estado de ebriedad en 2020 y una campaña de seguridad para motocicletas el año pasado, mientras trabajaba con la policía en la aplicación de alta visibilidad, todas las medidas bastante estándar.
“No sé si tenemos una bala mágica”, dijo Kovarik. “Realmente hemos estado tratando de trabajar duro en lo que estoy seguro de que cualquier otra oficina de seguridad vial hace”.
Y en gran parte del país, el aumento continuó, según el análisis de los datos de la NHTSA.
Los datos incluyen un punto brillante: A pesar de que el número de muertes siguió aumentando, las tasas de mortalidad por kilómetro en la primavera y el verano no alcanzaron los niveles de 2020. Pero aun así, fueron muy superiores a las de otros años recientes.
La nueva estrategia del Departamento de Transporte diseñada para eliminar las muertes en carretera se centra en lo que se llama un “enfoque de sistema seguro”. La idea es reconocer que los conductores cometerán errores, pero limitar el daño que causan, por ejemplo, diseñando carreteras que les animen a ir más despacio. Este enfoque se impulsará con los fondos del paquete de infraestructuras que el Presidente Joe Biden firmó el año pasado.
“La gente comete errores, pero los errores humanos no tienen por qué ser siempre letales”, dijo el secretario de Transportes, Pete Buttigieg. “En un sistema bien diseñado, las medidas de seguridad garantizan que la falibilidad humana no conduzca a muertes humanas”.
The Washington Post
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