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Durante más de un año, la Administración de Alimentos y Medicamentos careció de un jefe permanente cuando la agencia era fundamental en la batalla contra el COVID-19. Una vez que el presidente Joe Biden nombró al Dr. Robert Califf para dirigir la agencia, el Senado tardó tres meses en confirmarlo.
Las batallas políticas en torno al nombramiento de Califf ponen de manifiesto las dificultades a las que se enfrenta Biden para cubrir puestos clave en toda su administración.
Las vacantes en puestos de alto rango en todo el poder ejecutivo podrían suponer un lastre para la capacidad de Biden de luchar contra la pandemia, implementar la ley bipartidista de infraestructuras de 1 billón de dólares e impulsar la economía con niveles de inflación en máximos de 40 años.
“Sin liderazgo ni expertos, hemos visto a los departamentos cada vez más estresados”, dijo Maya MacGuineas, presidenta del Comité bipartidista para un Presupuesto Federal Responsable. “Hay una lucha por conseguir las asignaciones, se habla de incumplir el techo de la deuda”, dijo, y añadió que los puestos de trabajo sin cubrir afectan a la posición fiscal del gobierno y a la agenda general del presidente.
La organización sin ánimo de lucro Partnership for Public Service, que trabaja para que el gobierno sea más eficaz, señala que hay 70 puestos de alto rango en todo el gobierno sin un candidato confirmado, incluyendo el Departamento de Salud y Servicios Humanos, el Departamento del Tesoro y el Departamento de Transporte.
La Casa Blanca culpa al bloqueo de los republicanos en un Senado fuertemente dividido, pero tampoco ha presentado candidaturas para muchos de los puestos vacantes.
La Casa Blanca dice que la administración Biden ha nominado a 569 personas, de las cuales 302 han sido confirmadas y 247 están a la espera de pasar por el proceso de confirmación. Eso es de los 1.200 puestos civiles que requieren la confirmación del Senado.
En el primer año de Biden, el Senado confirmó el 41% de sus nombramientos, según la Asociación para el Servicio Público. En comparación, el 75% de los nombramientos de George W. Bush fueron confirmados en su primer año, frente al 69% de Barack Obama y el 57% de Donald Trump.
El grupo pide que se reduzca el número de candidatos confirmados por el Senado, afirmando que los requisitos de investigación y divulgación son cada vez más complejos, y los retrasos en el proceso de confirmación del Senado crecen con cada transición.
“¿Sería mejor si pudiera ocurrir más rápido? Sí”, dijo el ex secretario del Tesoro Jack Lew. “Lo ideal sería agilizar el proceso de confirmación”. Pero añadió que es necesario que se rindan cuentas sobre estos importantes cargos y que haya un proceso para interrogar a los nominados sobre cómo harían el trabajo.
Lew fue confirmado por el Senado menos de dos meses después de ser nominado por Obama.
Qué significan las vacantes para algunas de las prioridades políticas de Biden:
LA CREACIÓN DE UNA POLÍTICA FISCAL
En el Departamento del Tesoro, al menos cinco puestos confirmados por el Senado están sin cubrir, entre ellos el de subsecretario de asuntos internacionales y el de tesorero de los Estados Unidos.
Un Departamento del Tesoro sin un responsable de asuntos internacionales dificultará cada vez más la esperanza de la secretaria Janet Yellen de liderar la aplicación de un acuerdo global sobre impuestos de sociedades.
Lew dijo a The Associated Press que tener en el personal a personas confirmadas por el Senado con experiencia previa en la elaboración de políticas y en el gobierno llenará al menos los huecos donde haya vacantes.
“Si se observa el equipo del Tesoro, empezando por la cúspide, se tiene al secretario y al vicesecretario con gran experiencia en la elaboración de políticas”, dijo. “Tienes mucho talento de carrera, lo que hace que las transiciones sean más fluidas”.
La clave para llenar los puestos vacíos, dijo, “es conseguir que el proceso del Congreso funcione mejor.”
LUCHA CONTRA LA PANDEMIA
En el Departamento de Salud y Servicios Humanos, dos importantes agencias científicas siguen sin un liderazgo permanente confirmado por el Senado en un momento en que la administración lucha con sus comunicaciones sobre la pandemia y el país podría estar reabriendo.
Una de las agencias es la FDA. La nominación de Califf se había estancado durante meses en el Senado, en parte debido a su trabajo de consultoría para las empresas farmacéuticas y a las acusaciones de que no había regulado eficazmente los opioides adictivos. La semana pasada fue confirmado por un estrecho margen en el puesto, que había ocupado brevemente bajo el mandato de Obama.
Los Institutos Nacionales de Salud también carecen de director, aunque la incertidumbre presupuestaria es actualmente una preocupación mayor, dijo Ellie Dehoney, una experta en políticas de Research!America, una organización sin fines de lucro que aboga por el gasto nacional en salud e investigación médica.
“Están limitados porque tienen un presupuesto antiguo y no pueden lanzar nuevos programasmuy fácilmente”, dijo.
No obstante, la moral del personal se mantiene firme. “Lo que hemos oído en los NIH es el deseo de quedarse y, sobre todo, de superar esta pandemia”, dijo Dehoney.
IMPLEMENTACIÓN DE PLANES DE INFRAESTRUCTURA
En el Departamento de Transporte, se han nombrado jefes interinos en la Administración Federal de Carreteras y en la Administración Federal de Seguridad de Autotransportes, dos de las tres agencias que están al frente de la promoción de la seguridad en las carreteras, incluso mientras el departamento lanza una nueva estrategia nacional para evitar el aumento récord de las muertes por tráfico. La tercera agencia, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras, está a la espera de que el Senado confirme plenamente a Steven Cliff, elegido por Biden para dirigir la agencia, después de que un comité aprobara el nombramiento el 2 de febrero.
El departamento también carece de un candidato para dirigir la Administración de Seguridad de Materiales Peligrosos para Oleoductos y pronto tendrá también una vacante para dirigir la Administración Federal de Aviación después de que Stephen Dickson deje su puesto el 31 de marzo.
En la agencia de carreteras, la administradora adjunta Stephanie Pollack, ex secretaria de transporte del estado de Massachusetts, es clave en la aplicación de las disposiciones de la nueva ley de infraestructuras de Biden, como ayudar a emitir orientaciones a los estados sobre el uso de miles de millones de dinero en carreteras y distribuir subvenciones competitivas para promover la seguridad del tráfico.
En la agencia de transportes, que regula el sector del transporte por carretera, Biden perdió su elección como administrador después de que Meera Joshi dejara su puesto en la administración del alcalde de Nueva York, Eric Adams. El departamento cambió recientemente a su subsecretario de política de seguridad, Robin Hutcheson, para que actuara como administrador en funciones de la agencia.
Jonathan Adkins, director ejecutivo de la Asociación de Gobernadores para la Seguridad en las Carreteras, que representa a las oficinas de seguridad estatales, expresó su preocupación por la capacidad de los jefes en funciones para realizar eficazmente su trabajo.
Los jefes en funciones suelen tener menos personal a su alrededor y tienden a ser menos visibles públicamente, dijo. En la actualidad, la agencia de transportistas tiene que completar una serie de propuestas de normas de seguridad para camiones y también está trabajando en cambios para aliviar la congestión en la cadena de suministro de Estados Unidos. La agencia de carreteras, por su parte, está a la cabeza de las iniciativas para que los estados y las localidades adopten cambios en el diseño de las carreteras y en los límites de velocidad para ayudar a reducir las muertes.
EXPLORANDO EL CONTROL DE ARMAS
A principios de su presidencia, Biden propuso a David Chipman para dirigir la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, pero el antiguo agente de la ATF y defensor del control de armas se enfrentó a la oposición del Senado y fue considerado uno de los candidatos más polémicos de la administración. La nominación fue retirada.
La retirada continuó un patrón de las administraciones republicanas y demócratas con el cargo políticamente tenso desde que se hizo confirmable en 2006. Desde entonces, solo se ha confirmado un candidato, el exfiscal federal B. Todd Jones. Jones logró pasar por el Senado en 2013, pero sólo después de una lucha de seis meses. Jones era director en funciones cuando Obama lo nominó en enero de 2013.
La nominación de Trump de Chuck Canterbury, un ex presidente de la Orden Fraternal de la Policía, fue retirada en 2020 debido a las preocupaciones republicanas sobre su postura de los derechos de las armas.
“Nuestro punto de vista colectivo aquí es que el bloqueo de un ex agente de la ATF totalmente calificado y con experiencia para servir en ese papel ciertamente es algo que los republicanos no tenían que dar el paso de hacer, pero aquí estamos”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki. No culpó a los demócratas, que también dijeron que no votarían por él. “Así que tenemos que nominar a una nueva persona. Y cuando el presidente encuentre a la persona adecuada, estoy segura de que estará preparado para hacerlo”.
MacGuineas, del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, dijo que la culpa de la lentitud del proceso de nominación la tiene un “fracaso de gobierno”.
“Se ha nominado a personas que son demasiado controvertidas para ser nominadas, o la Casa Blanca sabe que van a ser retrasadas”, dijo. “La forma en que estamos organizados ahora mismo es muy ineficiente, con un Congreso muy polarizado”.
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