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Muchas de las muertes que se produjeron durante la tormenta tropical Nalgae en Filipinas se debieron a que la gente corrió hacia una montaña para salvarse de un esperado tsunami, pero en lugar de ello quedó enterrada viva por un deslizamiento de tierra cargado de rocas, según ha revelado un funcionario.
Los rescatistas desenterraron 18 cuerpos de víctimas de debajo de los escombros en el vasto montículo de lodo que ahora cubre gran parte de la aldea de Kusiong, en el sur de la provincia de Maguindanao, en lo que fue uno de los incidentes más mortales causados por Nalgae.
Ahora las autoridades han revelado que el incidente se produjo debido a una falsa alarma de tsunami, tras lo cual los aldeanos decidieron correr hacia terrenos elevados.
“Cuando la gente escuchó las campanas de alerta, corrieron y se reunieron en una iglesia en un terreno elevado”, dijo a Associated Press Naguib Sinarimbo, el ministro del Interior de la región autónoma musulmana dirigida por ex guerrilleros separatistas, citando relatos de los aldeanos de Kusiong.
“El problema es que no fue un tsunami lo que les inundó, sino un gran volumen de agua y barro que bajó de la montaña”.
La tormenta tropical Nalgae ha sido la segunda más mortífera que ha azotado Filipinas este año, con un balance de 61 muertos el domingo, y muchos aún desaparecidos.
Las autoridades que dirigen las operaciones de rescate en curso temen que entre 80 y 100 personas más, incluidas familias enteras, hayan quedado sepultadas por el diluvio o hayan sido arrastradas por las inundaciones repentinas.
La tormenta tocó tierra en varias ocasiones durante el fin de semana, pero desde el jueves está causando estragos en la provincia de Maguindanao, donde las fuertes lluvias provocaron corrimientos de tierra. La mayoría de las muertes causadas por la tormenta se registraron como víctimas de estos deslizamientos de tierra.
Las autoridades señalan que el incidente se produjo después de los simulacros de preparación para desastres que se llevan a cabo todos los años desde hace décadas para prepararse para un tsunami debido a la historia mortal del país.
“Todos los años se hacen simulacros para prepararse para un tsunami. Se asigna a alguien para que haga sonar las campanas de alarma y se designan zonas altas a las que la gente debe correr”, dijo el Sr. Sinarimbo.
“A los aldeanos se les enseñó incluso el sonido de una gran ola que se aproxima, basándose en el recuerdo de los supervivientes del tsunami.
“Pero no se prestó tanta atención a los riesgos geológicos en la ladera de la montaña”.
El Sr. Sinarimbo dijo que muchos de los desaparecidos en Kusiong no fueron incluidos en el recuento oficial del gobierno porque familias enteras pueden haber sido enterradas y no quedó ningún miembro para proporcionar nombres y detalles a las autoridades.
El teniente coronel del ejército Dennis Almorato, que acudió el sábado a la comunidad afectada por el alud, dijo que el diluvio de lodo sepultó unas 60 casas rurales en unos 12 acres de la comunidad.
No dio una estimación de cuántos aldeanos pueden haber quedado enterrados, pero describió la extensión del deslave como “abrumadora” y dijo que el desastre nocturno puede haberse desarrollado rápidamente.
Se cancelaron más de 100 vuelos nacionales e internacionales, se cerró brevemente el aeropuerto internacional de Manila en medio de un clima tormentoso y los guardacostas prohibieron los viajes por mar en los mares azotados por la tormenta, dejando varados a miles de pasajeros.
El presidente Ferdinand Marcos Jr. expresó su decepción por el elevado número de víctimas en una reunión televisada con funcionarios encargados de la mitigación de desastres el sábado.
“Deberíamos haberlo hecho mejor”, dijo. “No fuimos capaces de anticipar que el volumen de agua sería tan grande, por lo que no fuimos capaces de advertir a la gente y luego evacuarla fuera del camino de las inundaciones repentinas que llegaban”.
Filipinas se ve afectada por unos 20 tifones y tormentas cada año debido a su singular posición geográfica. Está situada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una región a lo largo de la mayor parte del borde del Océano Pacífico donde se producen muchas erupciones volcánicas y terremotos, lo que convierte a la nación en una de las más propensas a los desastres del mundo.
Información adicional de las agencias
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