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El jefe de alimentación de la ONU advirtió el jueves que el mundo se enfrenta a “una tormenta perfecta sobre una tormenta perfecta” e instó a los donantes, en particular a las naciones del Golfo y a los multimillonarios, a dar unos días de beneficios para hacer frente a la crisis del suministro de fertilizantes ahora mismo y evitar una escasez generalizada de alimentos el próximo año.
“De lo contrario, habrá caos en todo el mundo”, dijo el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, en una entrevista con Associated Press.
Beasley dijo que cuando tomó el timón del PMA hace 5 años y medio, sólo 80 millones de personas en todo el mundo se dirigían hacia la inanición. “Y pensé: `Bueno, puedo acabar con el Programa Mundial de Alimentos'”, dijo.
Pero los problemas climáticos aumentaron esa cifra a 135 millones. La pandemia de COVID-19, que comenzó a principios de 2020, la duplicó a 276 millones de personas que no sabían de dónde vendría su próxima comida. Finalmente, Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, desencadenando una guerra y una crisis alimentaria, de fertilizantes y energética que ha elevado la cifra a 345 millones.
“Dentro de eso hay 50 millones de personas en 45 países que están llamando a la puerta de la hambruna”, dijo Beasley. “Si no llegamos a estas personas, se producirá una hambruna, una inanición, una desestabilización de las naciones como la que vimos en 2007-2008 y 2011, y habrá una migración masiva”.
“Tenemos que responder ahora”.
Beasley se ha reunido con líderes mundiales y ha intervenido en eventos durante la reunión de líderes de la Asamblea General de esta semana para advertir sobre la crisis alimentaria.
El presidente de la Asamblea General, Csaba Korosi, señaló en su discurso de apertura del martes que “vivimos, al parecer, en un estado permanente de emergencia humanitaria”. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que los conflictos y las crisis humanitarias se están extendiendo, y que el déficit de financiación de los llamamientos humanitarios de la ONU asciende a 32.000 millones de dólares, “el mayor déficit de la historia”.
Este año, dijo Beasley, la guerra cerró los envíos de grano de Ucrania -una nación que produce suficientes alimentos para alimentar a 400 millones de personas- y redujo drásticamente los envíos de Rusia, el segundo mayor exportador de fertilizantes del mundo y un importante productor de alimentos.
Beasley dijo que la fatiga de los donantes a menudo socava la ayuda, especialmente en países en crisis continua como Haití. La inflación también es un problema grave, que eleva los precios y golpea a la gente pobre que no tiene capacidad de adaptación porque la COVID-19 “acaba de devastarlos económicamente”.
Así que las madres, dijo, se ven obligadas a decidir: ¿Compran aceite de cocina y alimentan a sus hijos, o compran aceite de calefacción para que no se congelen? Porque no hay suficiente dinero para comprar ambas cosas.
“Es una tormenta perfecta sobre una tormenta perfecta”, dijo Beasley. “Y con la crisis de fertilizantes a la que nos enfrentamos ahora, con las sequías, nos enfrentamos a un problema de precios de los alimentos en 2022. Esto creó estragos en todo el mundo”.
“Si no nos ocupamos de esto rápidamente -y no me refiero al año que viene, sino a este año- tendrás un problema de disponibilidad de alimentos en 2023”, dijo. “Y eso va a ser un infierno”.
Beasley explicó que el mundo produce ahora suficiente comida para alimentar a los más de 7.700 millones de personas que hay en el mundo, pero el 50% de esa comida se debe a que los agricultores utilizan fertilizantes. No pueden obtener esos altos rendimientos sin él. China, el primer productor mundial de fertilizantes, ha prohibido su exportación; Rusia, que es el segundo, tiene dificultades para hacerlos llegar a los mercados mundiales.
“Tenemos que hacer circular esos fertilizantes, y tenemos que hacerlo rápidamente”, dijo. “La producción de arroz en Asia está en un estado crítico ahora mismo. Las semillas están en el suelo”.
En África, 33 millones de pequeñas explotaciones alimentan a más del 70% de la población, y ahora mismo “nos faltan varios miles de millones de dólares para los fertilizantes”. Dijo que América Central y del Sur también se enfrentan a la sequía y que la India se ve azotada por el calor y la sequía. “Podría seguir y seguir”, dijo.
Dijo que el acuerdo de julio para enviar el grano ucraniano desde tres puertos del Mar Negro es un comienzo, pero “tenemos que conseguir que los granos se muevan, tenemos que conseguir el fertilizante para todo el mundo, y tenemos que poner fin a las guerras.”
Beasley dijo que Estados Unidos aportó 5.000 millones de dólares adicionales para la seguridad alimentaria, y que Alemania, Francia y la Unión Europea también están dando un paso adelante. Pero pidió a los países del Golfo que “den un paso más” con los precios del petróleo tan altos, en particular para ayudar a países de su región como Yemen, Siria, Afganistán y Somalia.
“No estamos hablando de pedir un billón de dólares aquí”, dijo Beasley. “Sólo estamos hablando de pedir unos días de sus beneficios para estabilizar el mundo”, dijo.
El jefe del PMA dijo quetambién se reunió con un grupo de multimillonarios el miércoles por la noche. Dijo que les dijo que tenían “una obligación moral” y que “debían preocuparse”.
“Aunque no me lo den a mí, aunque no se lo den al Programa Mundial de Alimentos, entren en el juego. Entra en el juego de amar a tu prójimo y ayudar a tu prójimo”, dijo Beasley. “La gente está sufriendo y muriendo en todo el mundo. Cuando un niño muere cada cinco segundos de hambre, es una vergüenza para nosotros”.
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Edith M. Lederer es corresponsal jefe de la ONU para The Associated Press y lleva más de medio siglo cubriendo asuntos internacionales. Para más cobertura de la Asamblea General de la ONU por parte de AP, visite https://apnews.com/hub/united-nations-general-assembly
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