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El presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden llegaron a Uvalde, Texas, antes del mediodía del domingo, donde visitarán la escena de un mortal tiroteo que dejó casi dos docenas de estudiantes de escuela primaria muertos la semana pasada.
El viaje del presidente a la pequeña localidad texana no es el primero que realiza al lugar de la tragedia. En 2013, unos meses después de la masacre en la escuela primaria Sandy Hook, el entonces vicepresidente pronunció un discurso en una convención para abordar la violencia con armas de fuego cerca del lugar del ataque de Newtown, Connecticut.
Se espera que Biden se reúna el domingo con las familias de las víctimas del tiroteo, así como con los líderes de la comunidad local. Las fotos mostraron a la primera pareja en un amplio monumento improvisado para las víctimas en el lugar de los hechos, donde se le unieron los líderes del gobierno estatal y local, incluido el gobernador Greg Abbott, un republicano y feroz crítico de su administración. También se reunieron con el director y el superintendente de la escuela de Uvalde, aunque su conversación no se hizo pública.
“El presidente y la primera dama creen que es importante mostrar su apoyo a la comunidad durante este momento devastador y estar allí para las familias de las víctimas”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en una sesión informativa la semana pasada.
Los Bidens llegaron entre los vítores de una multitud de lugareños, según los informes del grupo, y caminaron por el monumento mientras se detenían para ver fotos individuales. En un momento dado, se vio al presidente secándose una lágrima.
Justo antes del mediodía, la pareja se dirigió a una iglesia local, la iglesia católica del Sagrado Corazón, donde asistieron a la misa. El Sr. Biden, que fue recibido por el arzobispo Gustavo García-Siller, según un portavoz de la Casa Blanca, no tenía previsto hablar en la iglesia.
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