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Las autoridades sanitarias indias afirmaron el jueves que había indicios de que las infecciones por Covid-19 se estaban estabilizando en algunas partes del país, pero advirtieron que los casos seguían aumentando en otros estados, vinculados a una nueva versión más sigilosa de la variante omicron.
La mayoría de los casos se concentraban en 10 estados, donde más del 90% de los pacientes tenían síntomas leves y estaban siendo tratados en casa, dijo Lav Agarwal, funcionario federal de salud, en una reunión informativa para los medios de comunicación.
La tasa de infección en Haryana, Uttar Pradesh y Delhi, en el norte, Maharashtra, en la costa occidental, y Bengala Occidental y Odisha, en el este, ha empezado a descender, dijo. Sin embargo, los casos siguen aumentando en los estados meridionales de Karnataka, Kerala y Tamil Nadu, así como en Gujarat y Rajastán, en el noroeste.
“En algunas zonas geográficas hay indicios de un estancamiento de los casos”, dijo Agarwal.
Dijo que el número de personas que necesitaron apoyo de oxígeno o tuvieron que ser hospitalizadas durante la actual oleada era menor que en la alimentada por la variante delta del año pasado, que hizo zozobrar el sistema de salud pública de la India.
Sólo hay unos pocos estados de la India en los que sigue circulando la variante delta. La secuenciación genética indica que el pico inicial de casos en diciembre fue impulsado por una versión temprana de la variante omicron. Pero la mayoría de los nuevos casos están ahora vinculados a una versión diferente llamada BA.2, una versión más sigilosa de la omicron, que algunos científicos temen que también sea más transmisible.
El descenso de los casos ha llevado a algunas autoridades locales a relajar las restricciones. En Nueva Delhi, los restaurantes, bares y cines pueden funcionar ahora a la mitad de su capacidad.
Los expertos en salud advirtieron que con la flexibilización de las restricciones, es probable que aumenten las infecciones.
“Es un equilibrio con el que siempre tenemos que jugar”, dijo el Dr. Jacob John, que estudia los virus en el Christian Medical College de la ciudad sureña de Vellore.
Más de la mitad de la población india está totalmente vacunada. Y alrededor del 20% está a la espera de una segunda vacuna. La India comenzó a dar una vacuna de refuerzo a algunos grupos vulnerables a principios de enero, pero los funcionarios de salud dijeron que no se ha discutido si las vacunas de refuerzo eran necesarias para la población en general.
El país detectó más de 250.000 nuevas infecciones el viernes, pero la Dra. Vineeta Bal, que estudia los sistemas inmunitarios en el Instituto Indio de Investigación Educativa Científica de la ciudad de Pune, advirtió que se trataba sin duda de un recuento insuficiente.
Afirmó que los esfuerzos de la India en relación con la pandemia seguían viéndose empañados por problemas crónicos como la falta de notificación de las infecciones y los datos irregulares, pero que la clave era minimizar el número de personas que debían ser hospitalizadas.
“Y afortunadamente, hasta ahora, incluso en lo bueno, lo malo y lo feo… no se nos ha ido de las manos”, dijo.
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