Los científicos han descubierto que los elementos radiactivos pueden ser la clave de los exoplanetas en los que el ser humano podría llegar a vivir.
Por lo general, los científicos se han centrado en los planetas que existen dentro de una “zona Ricitos de Oro”, un área en la que un planeta puede orbitar su estrella anfitriona sin que se vuelva demasiado caliente ni demasiado frío para que se forme agua líquida en su superficie.
Sin embargo, éste no es el único factor importante; para mantener el tipo de clima necesario para el desarrollo de la vida es necesario que el planeta tenga suficiente calor para alimentar el ciclo del carbono.
Una fuente primaria de este calor es la desintegración radiactiva del torio y el potasio, que puede impulsar la convección en el manto de un planeta, la capa de roca entre la corteza y el núcleo externo.
El gas de dióxido de carbono resultante que se escapa como parte de este proceso llega a la atmósfera, lo que ayuda a mantener el calor del planeta.
“Sabemos que estos elementos radiactivos son necesarios para regular el clima, pero no sabemos durante cuánto tiempo pueden hacerlo, porque se descomponen con el tiempo”, dijo el Dr. Cayman Unterborn, autor principal de un artículo del Astrophysical Journal Letters sobre la investigación.
“Además, los elementos radiactivos no están distribuidos uniformemente por toda la Galaxia, y a medida que los planetas envejecen, pueden quedarse sin calor y la desgasificación cesará. Dado que los planetas pueden tener más o menos de estos elementos que la Tierra, queríamos entender cómo esta variación podría afectar a cuánto tiempo los exoplanetas rocosos pueden mantener climas templados, similares a la Tierra.”
Los científicos creen que los planetas más jóvenes y rocosos tienen más probabilidades de soportar este tipo de climas templados similares a la Tierra. Aunque la tecnología actual no puede medir la composición de la superficie de un exoplaneta -ni de su interior-, sí puede utilizarse para medir cómo interactúa la luz con los elementos de las capas superiores de una estrella. Estos datos permiten a los científicos inferir su composición.
“Utilizando las estrellas anfitrionas para estimar la cantidad de estos elementos que entrarían en los planetas a lo largo de la historia de la Vía Láctea, calculamos cuánto tiempo podemos esperar que los planetas tengan suficiente vulcanismo para soportar un clima templado antes de quedarse sin energía”, dijo Unterborn.
“En las condiciones más pesimistas, estimamos que esta edad crítica es sólo de unos 2.000 millones de años para un planeta de masa terrestre y que llega a 5.000-6.000 millones de años para planetas de masa superior en condiciones más optimistas. Para los pocos planetas de los que tenemos edades, encontramos que sólo unos pocos eran lo suficientemente jóvenes para que podamos decir con confianza que pueden tener desgasificación superficial de carbono hoy en día, cuando lo observaríamos con, por ejemplo, el telescopio espacial James Webb.”
Más experimentos ayudarán a los científicos a cuantificar los parámetros de los posibles planetas que sustentan la vida, con la posibilidad de detectar vida extraterrestre. La investigación, ‘Mantle Degassing Lifetimes through Galactic Time and the Maximum Age Stagnant-lid Rocky Exoplanets can Support Temperate Climates’, ha sido publicada en El Astrophysical Journal Letters.
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