Los científicos han enseñado a un pez dorado a conducir un automóvil robótico en un experimento para evaluar sus habilidades de navegación innatas y explorar más a fondo el comportamiento animal.
La configuración de conducción robótica construida por los científicos de la Universidad Ben-Gurion en Israel consiste en un juego de ruedas debajo de un tanque de peces de colores con un sistema de cámara para registrar y traducir los movimientos de los peces hacia adelante y hacia atrás y de lado a lado a las ruedas.
En el estudio, publicado el mes pasado en la revista Investigación del cerebro conductual, probaron si los peces podían navegar por la configuración robótica colocando un objetivo claramente visible en la pared opuesta al tanque.
Dado que la navegación juega un papel importante en el reino animal, los científicos querían explorar si existen propiedades universales para la navegación independientes de las especies, la ecología y las estructuras cerebrales.
Trataron de comprender si una especie incrustada en el entorno de otra podría hacer frente a una tarea de navegación que de otro modo sería familiar.
“Para este propósito, capacitamos a los peces de colores para usar un Vehículo Operado por Peces (FOV), una plataforma terrestre con ruedas que reacciona a las características de movimiento, ubicación y orientación de los peces en su tanque de agua para cambiar la posición del vehículo en la arena”, escribieron en el estudio.
Después de unos días de entrenamiento, descubrieron que el pez podía conducir con éxito el vehículo hacia el objetivo, dando a entender que la capacidad de navegación de la criatura reemplaza a su entorno acuoso.
Los científicos informan que los peces de colores entrenados podrían “operar el vehículo, explorar el nuevo entorno y alcanzar el objetivo independientemente del punto de partida, todo mientras evitan los callejones sin salida y corrigen las imprecisiones de ubicación”.
“El estudio insinúa que la capacidad de navegación es universal en lugar de específica del medio ambiente”, dijo Shachar Givon, estudiante de doctorado en el Departamento de Ciencias de la Vida en la Facultad de Ciencias Naturales, en un comunicado.
“En segundo lugar, muestra que los peces de colores tienen la capacidad cognitiva para aprender una tarea compleja en un entorno completamente diferente al que evolucionaron”, agregó la Sra. Givon.
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