Un profundo misterio en torno al antiguo calendario maya podría haber sido finalmente resuelto.
Investigaciones anteriores, sobre inscripciones históricas, han descubierto que los antiguos mayas utilizaban un sistema de calendario conocido como la cuenta de 819 días. Desde entonces ha desconcertado a los expertos.
La cuenta de 819 días parece haber sido algún tipo de calendario. Pero no está claro exactamente cómo funcionaría, o cómo encajaría con el sistema de calendario más regular de la civilización.
Algunas investigaciones habían sugerido que se utilizaba en relación con el “periodo sinódico”, o el tiempo durante el cual un planeta específico aparecerá en una parte concreta del cielo. Mercurio, por ejemplo, tiene un período sinódico de 117 días – y siete de ellos constituyen 819.
Pero eso no resolvía totalmente el problema. Los mismos cálculos no funcionaron con otros planetas y los investigadores fueron incapaces de hacerlos coincidir con el calendario de 819 días.
Un nuevo artículo sugiere que esos investigadores podrían no haber pensado a largo plazo lo suficiente. Al ampliar enormemente el marco temporal del calendario, descubrieron que los números eran capaces de alinearse.
El calendario de 819 días puede no estar basado en un solo conjunto de 819, sino en 20 de ellos. Al utilizar ese vasto múltiplo del período de 819 días, los investigadores John Linden y Victoria Bricker descubrieron que, de hecho, el calendario se alinea con las observaciones astronómicas.
A lo largo de 20 series de 819 días -unos 45 años- se alinea con todos los períodos sinódicos de todos los planetas que los mayas habrían podido ver.
A lo largo de ese período de 20 ciclos, cada planeta pasa por su período sinódico un número redondo de veces. Para Mercurio, es cada vez – pero Venus lo hace siempre cinco veces, Saturno cada seis, Júpiter cada 19 y Marte cada 20.
Combinando todos esos largos periodos, los investigadores fueron capaces de encontrar que los planetas encajan de hecho con ese periodo de 819 días, aunque Mercurio es el único que encaja completamente dentro de uno de los ciclos.
Combinarlos puede haber permitido a los mayas no sólo predecir dónde aparecerían los planetas, sino también utilizar esas predicciones para celebraciones importantes.
“En lugar de limitar su enfoque a cualquier planeta, los astrónomos mayas que crearon el conteo de 819 días lo imaginaron como un sistema de calendario más amplio que podría ser utilizado para las predicciones de todos los períodos sinódicos de los planetas visibles”, escriben los autores.
Un artículo que describe los hallazgos, ‘The Maya 819-Day Count and Planetary Astronomy’, se publica en la revista Mesoamérica Antigua.
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