Los estudiantes y el personal no volverán a la escuela primaria Robb en Uvalde después de la masacre

Los estudiantes y el personal no volverán a la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, después de que un hombre armado matara a 19 niños y dos profesores el 24 de mayo.

“Estamos desconsolados por la pérdida de nuestros profesores y alumnos y llevamos a cada uno de sus familiares cerca de nuestros corazones”, dijo Hal Harrell en un comunicado el 1 de junio. “Sabemos que nuestras vidas nunca serán las mismas, pero también sabemos que nos uniremos para honrar las vidas que perdimos y construir un Uvalde más fuerte para los que quedan”.

Durante su visita al pueblo el domingo, el presidente Joe Biden ofreció apoyo federal para demoler el edificio, según el senador estatal Roland Gutiérrez. Es probable que la escuela reciba una subvención de Respuesta de Emergencia Escolar a la Violencia, o financiación del “Proyecto SERV”, que se utiliza para ayudar a las escuelas a “recuperarse de un acontecimiento violento o traumático en el que se interrumpe el entorno de aprendizaje.”

Entre los beneficiarios anteriores se encuentran las Escuelas Públicas de Newtown, que supervisan la Escuela Primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut.

Esa escuela fue demolida y reconstruida después de la masacre de 2012.

Tras el tiroteo masivo en el instituto Columbine de Colorado en 1999, el campus cerró durante el resto del curso escolar. La mayor parte de la escuela volvió a abrirse para el siguiente año escolar, excepto la biblioteca, donde tuvo lugar la mayor parte de la violencia. Fue demolida y sustituida por un nuevo edificio llamado Hope Memorial Library.

Uno de los edificios del instituto Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida) permaneció cerrado tras los tiroteos de 2018. Más tarde, un nuevo edificio sustituyó el uso de aulas temporales.

El 24 de mayo, el pistolero de Uvalde Salvador Ramos, de 18 años de edad -armado con rifles AR-15 y cientos de cartuchos comprados legalmente en el estado días antes- disparó a su abuela en la cara antes de estrellar la camioneta de la familia fuera de la escuela y entrar en el edificio.

La policía llegó minutos más tarde, pero los agentes de la ley están investigando ahora un lapso crítico de una hora entre su llegada inicial y la muerte del pistolero, y por qué el comandante del incidente impidió que los agentes irrumpieran en el edificio, incluso cuando los despachadores del 911 recibieron llamadas desesperadas de los estudiantes en el interior.

Los Rangers de Texas, el Departamento de Seguridad Pública de Texas y el Departamento de Justicia de EE.UU., entre otros organismos policiales, están investigando la respuesta.

Los funerales y los servicios conmemorativos para los dos profesores y los 19 niños -todos ellos con edades comprendidas entre los 9 y los 11 años- comenzaron esta semana y continuarán hasta junio.