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Los familiares de los combatientes ucranianos de la planta siderúrgica de Azovstal se manifestaron el jueves pidiendo que se reanuden los esfuerzos para salvar a los atrapados en la planta.
Los manifestantes marcharon por el centro de Kiev portando pancartas y gritando consignas como “salvad a los defensores de Mariupol, salvad a Azovstal”, “gloria a los héroes de Mariupol” y “salvad a los militares de Azovstal”.
Mariupol, un puerto en el Mar de Azov, ha soportado los combates más destructivos de la guerra en Ucrania. Según Kiev, es probable que decenas de miles de personas hayan muerto allí desde que comenzó la invasión rusa, y la planta siderúrgica de Azovstal es la última parte de la ciudad que sigue en manos de los combatientes ucranianos.
Muchos civiles fueron evacuados de la extensa planta la semana pasada en virtud de un acuerdo con Rusia, pero no ha habido ningún acuerdo para liberar a los combatientes, muchos de los cuales están heridos y se enfrentan a la disminución de los suministros y los alimentos.
Las fotografías publicadas el miércoles mostraban a los combatientes heridos atrapados en la acería.
Los combatientes del Batallón Azov dijeron que sus compañeros están viviendo en condiciones insalubres “con heridas abiertas vendadas con restos de vendas no estériles, sin la medicación necesaria e incluso sin comida”.
Maria Zimareva, cuyo familiar es un combatiente del Batallón Azov, declaró a Reuters: “Quiero que todos los defensores que están allí vuelvan a casa para que puedan continuar una vida normal con sus hijos y familiares”.
“Las condiciones en las que se encuentran son horribles”, dijo Alina Nesterenko, residente de Mariupol. “No tengo palabras para describirlas. Por eso estamos aquí. Suplicamos, rogamos de todas las maneras posibles, pedimos que se salven nuestros seres queridos.”
El miércoles también se celebraron manifestaciones frente a un hotel en Zaporizhzhia, informó NPR.
“Están abandonando a nuestros soldados”, dijo Yaroslava Ivantsova, cuyo marido es uno de los combatientes ucranianos. “No podemos permitir que esto ocurra”.
Funcionarios ucranianos dicen que hay unos 1.000 combatientes que resisten en los numerosos túneles subterráneos de Azovstal, cientos de los cuales están gravemente heridos y necesitan ser evacuados con urgencia. La planta está bajo un intenso fuego ruso.
Las esposas de algunos de los combatientes apelaron esta semana al Papa Francisco para que interviniera ante el presidente ruso Vladimir Putin y permitiera a sus maridos escapar de la planta a un país mediador.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, dijo el jueves que las autoridades están trabajando con la Cruz Roja y las Naciones Unidas para ayudar a las evacuaciones.
“Hemos iniciado una nueva ronda de negociaciones en torno a una hoja de ruta para una operación (de evacuación). Y empezaremos con los que están gravemente heridos”, dijo el ministro en la televisión 1+1.
“Queremos que se firme un documento sobre cómo se llevaría a cabo una evacuación en Azovstal”, dijo, añadiendo que Turquía también está actuando como intermediario.
El país se ha ofrecido a acoger las conversaciones entre los presidentes de Rusia y Ucrania.
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