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La mortífera estampida futbolística del mes pasado en Indonesia se desencadenó debido a los disparos de gases lacrimógenos por parte de la policía, según ha concluido la comisión de derechos humanos del país en su informe sobre el incidente publicado el miércoles.
De las 135 personas que murieron en el estadio de Kanjuruhan, en Java Oriental, la mayoría perdió la vida por asfixia, añadieron los responsables de la comisión de derechos humanos, Konmas HAM.
“Tiene que haber una responsabilidad legal”, dijo el presidente Ahmad Taufan Damanik mientras los comisarios de la Komnas HAM especificaban siete violaciones de los derechos humanos.
Entre ellas, el uso excesivo de la fuerza y la violación de los derechos de los niños, ya que entre las víctimas mortales había 38 menores.
Un equipo gubernamental de investigación había llegado a conclusiones similares el mes pasado, tras constatar varios factores, como el uso excesivo de gases lacrimógenos, el cierre de puertas, el exceso de capacidad del estadio y la aplicación inadecuada de los procedimientos de seguridad, que condujeron a un aplastamiento mortal.
Hasta el momento, seis personas, entre ellas funcionarios y organizadores, han sido acusadas penalmente por la estampida.
El incidente tuvo lugar el 1 de octubre, después de que los hinchas del Arema FC corrieran hacia el campo tras la derrota de su equipo ante su rival, el Persebaya Surabaya, y las autoridades indonesias y la asociación de fútbol de Indonesia fueron objeto de fuertes críticas después de que la policía disparara 45 rondas de gas lacrimógeno dentro del estadio.
El organismo de derechos humanos concluyó que, a pesar de las advertencias sobre la rivalidad entre los dos clubes participantes, los organizadores optaron por socavar las normas de seguridad, dando prioridad al interés comercial.
Komnas HAM ha instado al presidente Joko Widodo a formar un equipo independiente para auditar todos los estadios del país, con el fin de garantizar el cumplimiento de la normativa de la Fifa. Los comisarios recomendaron además que, si no se producen mejoras en los próximos tres meses, se suspendan los partidos en el país.
El presidente anunció la demolición y reconstrucción del estadio Kanjuruhan tras reunirse con el jefe de la Fifa, Gianni Infantino, en Yakarta el mes pasado.
La FIFA también ha creado una oficina en Indonesia para apoyar las medidas de seguridad mientras el país se prepara para acoger la Copa Mundial Sub-20 el próximo año.
Información adicional de los cables
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