En la ciudad india de Mumbai, el hilo dental sigue siendo muy popular entre quienes buscan una golosina asequible, mientras el país sale de una serie de agotadores cierres y restricciones de Covid.
Fotógrafo Jon EnochLa nueva serie de Jon Enoch muestra a los vendedores de algodón de azúcar que viven y trabajan en la zona occidental de Mumbai, cerca de las playas y las ferias, y sus singulares y variadas formas de exponer sus productos y atraer al comprador.
Bombay es la ciudad más poblada de la India, sede de las estrellas de Bollywood y centro financiero del país. La reciente expansión económica de la India se ve acechada por una creciente crisis de obesidad y dental. El lassi, los zumos frescos y la comida casera están siendo sustituidos por una explosión de azúcar barato.
Se ha descubierto que el hilo dental y los dulces indios de colores brillantes utilizan a veces colorantes alimentarios artificiales prohibidos, concretamente la rodamina B, que es un tinte fluorescente, prohibido por ser potencialmente cancerígeno y no apto para el consumo humano.
Enoch, que ganó el prestigioso premio Smithsonian 2020 por sus imágenes de los repartidores de motocicletas de Hanoi, dijo: “Cuando leí que el deseo de crear el perfecto y llamativo algodón de azúcar de color rosa brillante a menudo lleva a añadir agentes colorantes no autorizados a la mezcla, pensé que es la metáfora perfecta de los males de nuestro tiempo”.
“Mis proyectos fotográficos tienden a captar un mundo que cambia rápidamente y cómo los aspectos tradicionales de una gran ciudad están cambiando -para bien o para mal- al adoptar la modernidad.
“Las imágenes se tomaron por la noche, en parte debido a la logística -es más fresco y normalmente más tranquilo- y en parte porque me da la oportunidad de experimentar con la iluminación y crear un retrato específico de estos vendedores de algodón de azúcar.
“Sin embargo, me pareció fascinante que en Bombay nunca hubiera tranquilidad y fuera difícil encontrar un espacio que no estuviera abarrotado de gente. La vida sigue su curso, ¡de día y de noche!”.
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