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Los fiscales federales expondrán su caso contra el fundador del grupo extremista Oath Keepers y cuatro asociados acusados en el caso más grave que ha llegado a juicio en el ataque al Capitolio de Estados Unidos del 6 de enero de 2021.
Se espera que las declaraciones de apertura se realicen el lunes en el tribunal federal de Washington en el juicio de Stewart Rhodes y otros acusados de conspiración sediciosa por lo que los fiscales dicen que fue un complot de semanas para detener la transferencia de poder del republicano Donald Trump al demócrata Joe Biden.
Los abogados de la defensa también tendrán su primera oportunidad de dirigirse a los miembros del jurado, que fueron elegidos la semana pasada tras días de interrogatorios sobre sus sentimientos acerca de la insurrección, los partidarios de Trump y otros asuntos.
Hay mucho en juego para el Departamento de Justicia, que consiguió por última vez una condena por conspiración sediciosa en un juicio hace casi 30 años.
Cerca de 900 personas han sido acusadas y cientos condenadas en el ataque al Capitolio. Los alborotadores irrumpieron en las barreras policiales, se enzarzaron en combates cuerpo a cuerpo con los agentes, rompieron ventanas e impidieron la certificación de la victoria electoral de Biden.
Pero los Oath Keepers son los primeros en ser juzgados por conspiración sediciosa, un cargo poco frecuente en la época de la Guerra Civil que conlleva hasta 20 años entre rejas. Se espera que el juicio dure varias semanas.
Los fiscales dirán a los miembros del jurado que la insurrección del grupo antigubernamental no fue un estallido espontáneo de rabia alimentada por las elecciones, sino parte de un plan elaborado para impedir que Biden entrara en la Casa Blanca.
Junto con Rhodes, de Granbury (Texas), son juzgados Kelly Meggs, líder de la sección de Florida de los Oath Keeper; Kenneth Harrelson, otro Oath Keeper de Florida; Thomas Caldwell, un oficial de inteligencia de la Marina estadounidense retirado de Virginia; y Jessica Watkins, que dirigía un grupo de milicianos de Ohio. También se enfrentan a otros cargos.
Las autoridades dicen que Rhodes comenzó a conspirar para anular la victoria de Biden apenas unos días después de las elecciones. Los registros judiciales muestran a los Oath Keepers advirtiendo repetidamente de la perspectiva de violencia -o “una sangrienta, sangrienta guerra civil”, como dijo Rhodes en una llamada- si Biden llegaba a ser presidente.
En diciembre, según las autoridades, Rhodes y los Oath Keepers habían puesto su mirada en la certificación del Congreso de la votación del Colegio Electoral el 6 de enero.
Los Oath Keepers organizaron entrenamientos -incluyendo uno de “guerra no convencional”- y escondieron armas en un hotel de Virginia para poder llevarlas rápidamente a la capital si era necesario, dicen los fiscales. A lo largo de varios días a principios de enero, Rhodes gastó 15.500 dólares en armas, incluyendo un rifle de plataforma AR, cargadores, monturas, miras y otros equipos, según los documentos judiciales.
El 6 de enero, los Oath Keepers equipados con dispositivos de comunicación, cascos, chalecos y otros equipos de batalla fueron vistos en cámara irrumpiendo en el Capitolio. No se acusa a Rhodes de haber entrado, pero los registros telefónicos muestran que se comunicaba con los Oath Keepers que sí entraron en el momento de la revuelta y que se le vio con miembros en el exterior después.
Y los fiscales dicen que la trama no terminó el 6 de enero. En los días entre el disturbio y la toma de posesión de Biden, Rhodes gastó más de 17.000 dólares en piezas de armas de fuego, cargadores, munición y otros artículos, dicen los fiscales. En la época de la toma de posesión, Rhodes dijo a otros que organizaran milicias locales para oponerse a la administración demócrata, dicen las autoridades.
“Que los patriotas entren en su propio Capitolio para enviar un mensaje a los traidores no es NADA comparado con lo que se avecina”, escribió Rhodes en un mensaje la noche del 6 de enero.
Los abogados de la defensa han dicho que los Oath Keepers llegaron a Washington sólo para proporcionar seguridad en eventos para figuras como el aliado de Trump, Roger Stone, antes del gran mitin al aire libre del presidente detrás de la Casa Blanca. Rhodes ha dicho que no había ningún plan para atacar el Capitolio y que los miembros que lo hicieron actuaron por su cuenta.
Los abogados de Rhodes están dispuestos a argumentar que los jurados no pueden encontrarlo culpable de conspiración sediciosa porque todas las acciones que realizó antes del 6 de enero fueron en preparación de las órdenes que anticipó de Trump, órdenes que nunca llegaron.
El abogado de Rhodes ha dicho que su cliente acabará subiendo al estrado para argumentar que creía que Trump iba a invocar la Ley de Insurrección y convocar una milicia, algo que Rhodes había estado pidiendo que hiciera para evitar que Biden se convirtiera en presidente. Los abogados de Rhodes argumentarán que lo que los fiscales han alegado que era una conspiración ilegal era simplemente presionar al presidente para que usara una ley estadounidense.
Los fiscales dicen que las propias palabras de Rhodes muestran que iba a actuar independientemente de lo que hiciera Trump. En un mensaje de diciembre de 2020, Rhodes escribió que Trump “tiene que saber que si no actúa, entonceslo haremos”.
El último caso exitoso de conspiración sediciosa fue contra un clérigo egipcio, el jeque Omar Abdel-Rahman, y nueve seguidores condenados en un complot para volar las Naciones Unidas, el edificio del FBI, y dos túneles y un puente que une Nueva York y Nueva Jersey.
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Para la cobertura completa del motín del Capitolio, vaya a https://www.apnews.com/capitol-siege
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