Los líderes europeos están divididos en cuanto a la posibilidad de atacar el petróleo ruso en la última ronda de sanciones destinadas a apoyar a Ucrania.
Los Jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la Unión Europea se reunirán el martes en una cumbre para discutir nuevas medidas para infligir dolor a Rusia en respuesta a su invasión no provocada de Ucrania.
Pero el alcance de la ayuda del bloque podría ser limitado, ya que se supo que Hungría lidera un grupo de países, junto con Eslovaquia, la República Checa y Bulgaria, para evitar un embargo de petróleo.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que se dirigirá a la cumbre por videoconferencia por la tarde, ha exigido en repetidas ocasiones que la UE se dirija al lucrativo sector energético ruso, el Associated Press informó.
Tales sanciones privarían a Moscú de miles de millones de dólares diarios en pagos de suministros, ha dicho.
Pero el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha insistido en que la propuesta no debe discutirse. Hungría obtiene más del 60% de su petróleo de Rusia y el 85% de su gas natural.
La UE ya ha golpeado a Rusia con cinco rondas de sanciones por su guerra en Ucrania, dirigidas a más de 1.000 personas, entre ellas el presidente Vladimir Putin, destacados oligarcas y altos funcionarios del gobierno.
El bloque anunció una sexta ronda de sanciones a principios de este mes, pero hasta ahora no ha actuado al unísono en la cuestión de las importaciones de petróleo.
Antes de la cumbre, los funcionarios sugirieron que se podría encontrar una solución apuntando al petróleo transportado por barcos y manteniendo el fuego sobre el petróleo de los oleoductos, tan valioso para Hungría.
“Si nos centramos en el petróleo que llega por mar, atacaremos al menos dos tercios de las exportaciones, quizá más”, dijo un alto funcionario de la UE, que deseaba permanecer en el anonimato.
Hungría y Eslovaquia dependen del petróleo ruso que reciben a través del oleoducto soviético Druzhba.
La cuestión de la seguridad alimentaria también estará sobre la mesa el martes, con los líderes dispuestos a animar a sus gobiernos a acelerar el trabajo en los “carriles de solidaridad” para ayudar a Ucrania a exportar grano y otros productos.
La cumbre se celebra en un momento en el que los combates continúan intensificándose en la región ucraniana de Luhansk, mientras las fuerzas rusas intentan capturar la mayor ciudad que sigue bajo control ucraniano en el territorio.
Las fuerzas del Kremlin tienen en su punto de mira Sievierodonetsk, situada a unos 145 km de la frontera rusa en el río Siverskiy Donetsk, de gran importancia estratégica.
En las últimas semanas, las fuerzas del Kremlin la han bombardeado con artillería pesada, y se cree que gran parte de la ciudad está en ruinas.
“Un 90% de los edificios están dañados. Más de dos tercios de las viviendas de la ciudad han quedado completamente destruidas. No hay telecomunicaciones. Hay constantes bombardeos”, dijo el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
“Capturar Sievierodonetsk es una tarea fundamental para los ocupantes… Hacemos todo lo posible para mantener este avance”, añadió.
Los combates en la ciudad se han vuelto más encarnizados. El alcalde Oleksandr Striuk dijo el lunes que “las tropas rusas han entrado en la ciudad y se están produciendo combates callejeros.”
Añadió que los defensores ucranianos estaban luchando para expulsar a los rusos.Striuk añadió que “las tropas rusas han avanzado unas cuantas manzanas hacia el centro de la ciudad”.
Dijo que “no tenemos electricidad ni comunicaciones. La ciudad ha quedado completamente arruinada”.
El alcalde dijo que entre 12.000 y 13.000 civiles que quedan en la ciudad se están refugiando en sótanos y búnkeres para escapar de los incesantes bombardeos rusos. Dijo que “el número de víctimas aumenta cada hora, pero somos incapaces de contar los muertos y los heridos en medio de los combates callejeros”.
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