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Los máximos responsables financieros del Grupo de los 20 principales países ricos y en vías de desarrollo se reunieron el viernes en la isla indonesia de Bali en busca de estrategias para contrarrestar las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, la inflación y otras crisis mundiales.
La ministra indonesia de Finanzas, Sri Mulyani Indrawati, inauguró la reunión de dos días instando a sus colegas ministros de Finanzas, jefes de bancos centrales y otros líderes a encontrar formas de “construir puentes, no muros”. Dijo que las consecuencias del fracaso, especialmente para las naciones menos ricas, serían “catastróficas”.
“Millones y millones, si no miles de millones de personas, dependen de nosotros”, dijo Indrawati.
Las reuniones en la localidad turística de Nusa Dua, en Bali, se producen después de que los ministros de Asuntos Exteriores se reunieran allí a principios de este mes y no lograran encontrar un terreno común sobre la guerra de Rusia en Ucrania y sus repercusiones mundiales.
En una reunión de finanzas del G-20 celebrada en abril en Washington, D.C., funcionarios de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Canadá y Ucrania se retiraron para protestar por la asistencia de enviados rusos. La reunión terminó sin que se emitiera una declaración conjunta.
Sin embargo, las reuniones financieras del G-20 tienen la ventaja de ser de naturaleza menos política, dijo Indrawati.
Indonesia, como anfitrión, ha intentado actuar como un “intermediario honesto”, dijo, uniendo a un Este y un Oeste divididos dentro del G-20, un cisma que se ha agudizado desde que Rusia invadió Ucrania a finales de febrero.
No hay un “libro de jugadas” para encontrar un acuerdo dadas las tensiones sin precedentes sobre la guerra, dijo Indrawati.
Los líderes financieros están buscando la manera de coordinar la forma de guiar sus economías a través de una inflación que se encuentra en máximos de 40 años, desenredando las cadenas de suministro y los cuellos de botella debido a la pandemia del coronavirus y fortificando los sistemas financieros contra futuros riesgos.
El G-20 consiguió salvar las diferencias para hacer frente a la crisis financiera mundial de 2008 y a la pandemia, dijo Indrawati.
“Las acciones que tomemos tendrán un efecto muy importante para el mundo”, dijo.
Un objetivo clave de la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, y de algunos otros funcionarios financieros occidentales es lograr un acuerdo para establecer un tope de precios para el petróleo ruso que podría ayudar a controlar los costes de la energía y aliviar la inflación, que lleva décadas en muchos países, al tiempo que limita el acceso de Moscú a los ingresos para financiar su esfuerzo bélico.
“Un límite al precio del petróleo ruso es una de nuestras herramientas más poderosas para hacer frente al dolor que los estadounidenses y las familias de todo el mundo están sintiendo en el surtidor de gasolina y en la tienda de comestibles en este momento, un límite al precio del petróleo ruso”, dijo Yellen en la sesión informativa del jueves en Bali que se mostró en línea.
Yellen dijo que aún no se ha determinado el precio para tal límite, pero el nivel tendría que ser uno “que claramente dé a Rusia un incentivo para seguir produciendo, que haga que la producción sea rentable para Rusia.”
Dijo que tenía la “esperanza” de que países como China e India, que recientemente han incrementado sus importaciones de crudo ruso, vendido con grandes descuentos, consideraran que el respeto del límite de precios redundaría en su propio interés.
Sin un tope de precios, entraría en vigor una prohibición de la Unión Europea, y probablemente de Estados Unidos, de ofrecer seguros y otros servicios financieros. “Por lo tanto, estamos proponiendo una excepción que permitiría a Rusia exportar siempre que el precio no supere un nivel aún por determinar”, dijo Yellen.
Yellen no dijo si abandonaría la reunión a puerta cerrada del viernes durante una intervención del representante de Rusia en las conversaciones. Pero ella dijo que no podía ser “negocio como de costumbre con respecto a la participación de Rusia en estas reuniones.”
En la reunión de la semana pasada, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, estuvieron presentes en la misma sala al mismo tiempo por primera vez desde que comenzó la guerra de Ucrania, pero se ignoraron mutuamente.
Lavrov abandonó la reunión al menos dos veces: una cuando su homóloga alemana, Annalena Baerbock, habló en la sesión de apertura y otra justo antes de que el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, hablara por vídeo en la segunda sesión, según un diplomático occidental presente.
Atrapada en medio como anfitriona, Indonesia ha instado a los funcionarios de todas las partes a superar la desconfianza por el bien de un planeta que se enfrenta a múltiples retos, desde el coronavirus hasta el cambio climático, pasando por Ucrania.
Indonesia es uno de los países en vías de desarrollo que se enfrenta a la escasez de combustible y grano debido a la guerra, y afirma que el G-20 tiene la responsabilidad de dar un paso adelante y garantizar que el orden mundial basado en normas siga siendo relevante.
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