Los líderes cristianos y musulmanes en Kenia están instando al presidente William Ruto a derogar un proyecto de ley de finanzas cuyos nuevos impuestos han provocado protestas y asesinatos policiales de civiles, advirtiendo que los kenianos enfrentan un nivel de desesperanza que “puede inspirar fácilmente la insurrección”.
La declaración del viernes de las organizaciones religiosas nacionales se produjo cuando el principal grupo político de oposición anunció que la próxima protesta se realizaría el próximo miércoles y Ruto declaró que no se permitiría.
Los organismos de control de los derechos humanos han afirmado que la policía mató hasta a 10 personas en las últimas protestas de esta semana, mientras que un oficial de policía le dijo a The Associated Press que los agentes mataron al menos a seis en todo el país por perturbar negocios. Mientras tanto, más de 50 niños fueron enviados a una clínica médica luego de que se arrojaran gases lacrimógenos a una escuela en la capital, Nairobi.
“Nunca se deben usar armas de fuego para dispersar las protestas”, dijo el viernes la oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas. Instó a las autoridades de Kenia a garantizar el derecho de reunión pacífica garantizado por la constitución.
El gobierno de Ruto acusó a los manifestantes de “daño extenso a importantes bienes públicos” luego de que cientos de personas desmantelaran el miércoles parte de una entrada a una autopista de peaje recientemente construida que para algunos simboliza la desigualdad a medida que el tráfico cotidiano aumenta a su sombra.
El gobierno también culpa de los disturbios al líder opositor Raila Odinga. Odinga, que perdió las elecciones del año pasado ante Ruto, ha instado a los kenianos a la desobediencia civil para protestar por el aumento del coste de la vida. El movimiento de Odinga busca protestar los miércoles, jueves y viernes de la próxima semana.
Algunos kenianos han descrito que los nuevos impuestos los dejan con la carga más alta que jamás hayan enfrentado. El proyecto de ley de finanzas aumentó el impuesto al valor agregado sobre el petróleo del 8% al 16%, impulsó un impuesto a la facturación comercial del 1% al 3% y creó un nuevo impuesto a la vivienda del 1,5% para los trabajadores asalariados.
Crece la presión sobre Ruto, quien ganó las elecciones apelando a los “estafadores” de Kenia como un hombre de infancia humilde y prometiendo reducir el costo de vida. Pero el país lucha con la deuda y ha recurrido a los nuevos impuestos en busca de algún alivio.
La declaración de los grupos religiosos también advirtió a Odinga que sus llamados a la acción masiva corrían el riesgo de empujar a Kenia a la insurrección. “De hecho, la destrucción de negocios, así como de propiedades públicas y privadas, está elevando el costo de la vida, no bajándolo”, dijo.
La declaración también instó a todos los kenianos a abrazar el diálogo y la no violencia: “No debemos permitir que los intereses egoístas de los líderes políticos destruyan nuestra patria y nos empujen a la indigencia”, dijo.
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