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La vida de Li Xin ha estado extremadamente ocupada este verano después de que nacieran 24 cachorros en el Parque de Tigres Siberianos en Harbin, provincia de Heilongjiang.
Desde que este hombre de 40 años se convirtió en experto en programas de cría en el parque en 2004, su vida ha estado estrechamente ligada a los grandes felinos.
“Soy responsable de alimentar a los tigres y monitorear su salud, así como de limpiar sus viviendas”, dijo. “Estos animales grandes parecen feroces, pero a veces también son traviesos y encantadores. Después de mucho tiempo juntos, somos como amigos interdependientes”.
La temporada de apareamiento de los tigres siberianos suele caer en enero y febrero. Cada año, durante la temporada de alumbramiento, que se extiende desde principios de abril hasta finales de junio, Li y otros tres expertos en reproducción se turnan para trabajar en turnos de 24 horas para monitorear a las tigresas preñadas, que se trasladan a viviendas separadas en un área especial aproximadamente un mes antes de dar a luz.
“Todos los días, los criadores desinfectaron cuidadosamente las áreas de estar interiores y exteriores”, dijo Li. “La temperatura en las viviendas se mantuvo entre 17°C y 20°C, lo que resultó cómodo para los animales”.
Los expertos prestaron gran atención a las madres tigre, comprobando su salud mediante el control de sus apetitos y actividades diarias durante el período de preñez de 105 a 110 días.
Además, prepararon un amplio suministro de alimentos nutritivos, incluidos leche y huevos, así como varios tipos de píldoras de vitaminas, para ayudar a mantener la fuerza de los animales.
Este año, ocho tigres dieron a luz a cachorros, incluidos mellizos, trillizos, cuatrillizos y quintillizos.
“Por lo general, los tigres siberianos dan a luz de dos a cuatro cachorros a la vez, pero es raro ver quintillizos sanos”, dijo Li, y señaló que el 10 de mayo, un tigre dio a luz a cinco cachorros en un lote.
La mayoría de las jóvenes madres no tienen experiencia en amamantar cachorros, por lo que los cuatro expertos se dieron a la tarea de alimentar a los jóvenes tigres.
“La temperatura corporal de los cachorros bajó rápidamente porque sus madres no los cuidaron después de dar a luz, por lo que hubo que enviarlos a la incubadora y observarlos durante 24 a 48 horas. Después de que la temperatura de su cuerpo volvió a la normalidad, fueron llevados a una habitación designada para alimentación artificial”, dijo Li.
“Necesitaban ser alimentados con leche cada tres horas durante la primera semana después del nacimiento”, agregó, explicando que la leche estaba hecha de una fórmula en polvo de tigre comercial. “También tuvimos que prestar mucha atención a su salud controlando su apetito, temperatura corporal y heces”. Li dijo que cuando los cachorros sean mayores, serán alimentados con carne picada.
Los tigres siberianos son una especie en peligro crítico de extinción, y se cree que menos de 500 deambulan libremente en la naturaleza. Viven principalmente en el noreste de China y el este de Rusia.
El parque de Harbin es uno de los tres administrados por el Centro de Cría de Felinos Hengdaohezi de China, la instalación más grande del mundo para estos raros tigres. Los otros están ubicados en Mudanjiang, Heilongjiang y Shenyang, provincia de Liaoning.
Durante más de 30 años de investigación, el centro ha explorado un conjunto completo de métodos científicos para la cría y optimización de los tigres siberianos.
El centro cuenta ahora con más de 800 tigres, un gran aumento desde el grupo inicial de 20 cuando se fundó en 1986, lo que proporciona una garantía para la recuperación total de la población del animal.
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