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Los países de Europa Central y Oriental dijeron que se estaban preparando para una afluencia de refugiados procedentes de Ucrania, ya que el temor a una guerra total con Rusia aumentó tras la decisión de Moscú de reconocer la independencia de Luhansk y Donetsk.
Las naciones de la región dijeron que estaban preparadas para el desplazamiento potencial de millones de personas si comenzaba una guerra. Polonia, donde viven entre 1 y 2 millones de ucranianos, dijo que se estaba preparando para el peor de los escenarios.
El primer ministro de la República Checa, Petr Fiala, declaró el martes ante el Parlamento del país que la situación en Ucrania podría provocar una crisis de refugiados.
Rumanía, que también comparte una larga frontera con Ucrania, ultimó el domingo un plan de refugiados, según declaró el ministro del Interior, Lucian Bode.
El ministro de Defensa de Eslovaquia dijo que podría haber decenas de miles de refugiados incluso en un conflicto limitado. El ministro del Interior, Robert Mikulec, dijo que el gobierno estaba en estrecho contacto con las autoridades de Ucrania.
Hungría, que tiene más de 150.000 húngaros étnicos viviendo en Ucrania, también está haciendo preparativos.
El primer ministro Viktor Orban planteó la posibilidad de que lleguen cientos de miles de refugiados en caso de guerra.
“Piensen en los años 90, cuando llegaron decenas de miles de personas de los territorios de la antigua Yugoslavia. Eso tampoco fue fácil, pero muchos más vendrían de Ucrania, probablemente sin esperanza de retorno”, dijo.
Los estados bálticos de Lituania, Letonia y Estonia también han dicho que se estaban preparando para aceptar refugiados. Lituania dijo que esperaba que los refugiados llegaran principalmente desde Polonia y en vuelos.
Las tres naciones emitieron una declaración conjunta en la que condenaban el reconocimiento por parte de Rusia de la independencia de dos regiones separatistas de Ucrania.
Mientras tanto, Polonia dijo que era necesario reforzar el flanco oriental de la OTAN. Duda también pidió sanciones severas contra Rusia. Y la República Checa dijo que podría desplegar tropas de la OTAN en Eslovaquia o Rumanía.
Los líderes de Croacia, Eslovenia y Montenegro, en los Balcanes asolados por la guerra, condenaron la decisión de Rusia de reconocer los territorios escindidos.
El presidente montenegrino, Milo Djukanovic, que llevó al pequeño estado adriático a la adhesión a la OTAN en 2017 a pesar de la fuerte oposición de Rusia, dijo: “Montenegro confirma su apoyo unánime a la independencia, integridad territorial y soberanía de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas”.
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