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Varios miles de personas de etnia serbia se manifestaron el domingo en Kosovo, mientras una disputa sobre las matrículas de los vehículos aumentaba las tensiones existentes entre Serbia y su antigua provincia.
La decisión del gobierno de prohibir gradualmente las matrículas emitidas por Serbia ha enfurecido a los serbios de Kosovo, la mayoría de los cuales no reconocen la declaración de independencia de Kosovo de 2008. Miembros de la minoría étnica serbia abandonaron el sábado sus puestos de trabajo en el gobierno en protesta por la directiva.
El gobierno serbio, con el apoyo de China y Rusia, también se ha negado a reconocer la condición de Estado de Kosovo. Estados Unidos y sus aliados reconocen a Kosovo como un país independiente.
Durante la protesta del domingo en la ciudad de Mitrovica, al norte de Kosovo, los líderes políticos serbios dijeron que los policías, jueces y otros empleados públicos no volverían a sus puestos de trabajo a menos que el gobierno de Kosovo revirtiera su política de matrículas.
“Estamos en nuestra tierra y no nos rendiremos”, dijo el político serbio Goran Rakic. “No hay retirada. Larga vida a Serbia”.
La cuestión de la independencia de Kosovo desencadenó una guerra en 1998-99 en la que murieron unas 13.000 personas. Serbia lanzó una brutal represión para frenar una rebelión separatista de los albaneses étnicos. La OTAN bombardeó Serbia en 1999 para poner fin a la guerra.
Tanto a Serbia como a Kosovo se les ha dicho que deben normalizar sus relaciones para avanzar en su esfuerzo por ingresar en la Unión Europea. Sin embargo, las conversaciones mediadas por la UE se han estancado, lo que hace temer la inestabilidad más de dos décadas después del conflicto.
El ministro de Asuntos Exteriores serbio, Ivica Dacic, declaró el domingo que los dirigentes del país han rechazado la última propuesta. Al parecer, ésta ofrecía a Serbia una vía más rápida para el ingreso en la UE a cambio de la adhesión de Kosovo a las Naciones Unidas.
Dacic dijo a la emisora progubernamental Prva TV que la propuesta presentada por Francia y Alemania “parte de la posición de que la independencia de Kosovo es ya una conclusión inevitable”.
“Serbia no puede aceptar eso”, dijo.
El gobierno de Kosovo pospuso previamente hasta el 1 de noviembre la exigencia de que los vehículos con matrículas antiguas o serbias las sustituyeran por otras kosovares. Serbia ha exigido lo contrario a los vehículos procedentes de Kosovo durante 11 años.
Funcionarios de la Unión Europea y de Estados Unidos han intensificado sus esfuerzos para que Serbia y Kosovo se acerquen a un acuerdo para normalizar plenamente sus relaciones. Occidente teme que Rusia intente desestabilizar los Balcanes para desviar al menos parte de la atención de su invasión de Ucrania.
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