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Los talibanes han prohibido que hombres y mujeres coman juntos en los restaurantes de la ciudad occidental afgana de Herat.
Riazullah Seerat, un funcionario talibán que trabaja para el conocido Ministerio de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio en Herat, dijo que se informó verbalmente a los restaurantes de que la norma también prohíbe a las parejas casadas salir a comer juntas.
Según las nuevas normas, también se ha ordenado a hombres y mujeres que vayan al parque en días distintos de la semana.
Esto se produce mientras los talibanes intensifican su ataque a los derechos humanos básicos de las mujeres, con la orden de las autoridades de que todas las mujeres afganas lleven un burka que les cubra el rostro cuando salgan en público el pasado sábado.
En una conferencia de prensa en Kabul, un portavoz del grupo islamista de línea dura dijo que el padre de una mujer o el miembro masculino de la familia más cercano a ella sería visitado y eventualmente encarcelado o despedido de los trabajos del gobierno si se descubría que había infringido las nuevas regulaciones.
El decreto recién publicado también sostenía que las mujeres debían permanecer en casa si no tenían ningún trabajo importante que hacer fuera.
Teresa Casale, directora ejecutiva de Mina’s List, un grupo de campaña que apoya a las mujeres afganas que huyen del país, arremetió contra las preocupantes medidas anunciadas a principios de semana.
Dijo: “Este último ‘edicto del burka’ no es sólo una escalada en la violación de la libertad de movimiento de las mujeres y la elección de cómo vestirse.
“Restringe todos los aspectos de sus vidas y asigna la responsabilidad de sus actos a los hombres con consecuencias penales. Es una declaración de guerra contra su humanidad básica.
“Si no actuamos y utilizamos la influencia que aún tiene la comunidad internacional para hacer retroceder esta decisión, seremos cómplices del silenciamiento y la eliminación de las mujeres y las niñas en Afganistán. Tenemos herramientas a nuestra disposición, y debemos utilizarlas”.
Casale afirmó que los talibanes han revelado al mundo sus “verdaderas intenciones” y advirtió que el grupo ha fomentado “la forma más atroz de apartheid de género”.
Añadió: “Al dar a los hombres el poder sobre las mujeres en todos los ámbitos -en el trabajo y en el hogar, en público y en privado-, se trata de una emergencia de los derechos de las mujeres que se extiende más allá de Afganistán. Lo que estamos dispuestos a aceptar sin consecuencias envía un mensaje al mundo”.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió de urgencia el jueves para debatir la escalada de los talibanes en su lucha contra los derechos y las libertades de las mujeres.
Los talibanes han intensificado las restricciones desde que tomaron el poder de la capital afgana, Kabul, a mediados de agosto, al retirarse las fuerzas estadounidenses y británicas.
El grupo islamista de línea dura, que anteriormente gobernaba el país, también ha bloqueado a las mujeres en el lugar de trabajo y en la educación secundaria y les ha prohibido participar en todos los deportes.
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