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Los talibanes ordenaron la suspensión inmediata de todas las actividades de Suecia en Afganistán por el incidente de la quema del Corán en Estocolmo a fines de junio por parte de un ciudadano iraquí que provocó protestas generalizadas en las naciones musulmanas.
Zabiullah Mujahid, el portavoz oficial de la administración talibán, dijo que el “acto grosero” debería empujar a otras naciones musulmanas a reevaluar sus lazos con Suecia, donde ocurrió el incidente durante la principal festividad musulmana de Eid ul-Adha.
“Después de insultar el Sagrado Corán y la fe musulmana en Suecia, el Emirato Islámico suspende las actividades de Suecia en Afganistán hasta que se disculpe con los musulmanes por este acto atroz. Las organizaciones relevantes de la IEA están obligadas a cumplir con esta directiva”, dijo el vocero.
Agregó: “Al observar el acto grosero de Suecia, el Emirato Islámico de Afganistán quiere que otros países musulmanes reconsideren su interacción con este país”.
La declaración se produce dos semanas después de que un inmigrante iraquí en Suecia quemara el libro sagrado del Islam frente a una mezquita cuando casi 200 espectadores presenciaron el acto en una protesta contra el Corán antes del Eid.
Suecia se metió en una disputa diplomática poco después con Turquía, que en ese momento impugnó la entrada de Estocolmo en la OTAN, pero las tensiones disminuyeron en julio en vísperas de la cumbre de la alianza en Vilnius, donde dio su visto bueno a la candidatura.
Es probable que el último movimiento que detiene las actividades suecas afecte a la organización no gubernamental del país europeo, el Comité Sueco para Afganistán, que ha empleado a miles de trabajadores humanitarios en múltiples sectores críticos de salud, educación y desarrollo rural en el país. Mujahid no mencionó las organizaciones que se verán afectadas por el último edicto.
Los funcionarios del Comité Sueco para Afganistán no han emitido una respuesta inmediata a la orden de los talibanes.
El sector de ayuda humanitaria del país se encuentra en una situación desesperada tras la caída de Kabul, exacerbada aún más por una cadena de restricciones a las trabajadoras humanitarias.
Además, las restricciones de financiamiento para el plan humanitario anual de las Naciones Unidas sugirieron que las naciones donantes ahora están retirando su ayuda financiera para Afganistán, dejando a millones de ciudadanos al borde de la inanición, la pobreza y la disminución de la ayuda médica.
Si bien la policía sueca rechazó varias solicitudes recientes de manifestaciones contra el Corán, los tribunales anularon esas decisiones, diciendo que infringían la libertad de expresión.
Los talibanes hacen cumplir una versión estricta de la ley sharia en Afganistán. Después de tomar el poder tras la partida de las tropas estadounidenses en agosto de 2021, el grupo de línea dura, cuya administración no es reconocida por la mayoría de los países del mundo, ha prohibido predominantemente a las mujeres trabajar o estudiar y moverse libremente a menos que estén acompañadas por un tutor masculino.
El propio régimen reprimió brutalmente las marchas pacíficas en protesta por sus políticas draconianas sobre las mujeres después de que llegó al poder en Afganistán, y las autoridades utilizaron munición real, porras y látigos y provocaron la muerte de los manifestantes.
Suecia, al igual que otras naciones europeas a excepción de Rusia, no tiene una embajada en Kabul después de que el régimen islamista de línea dura se hiciera cargo.
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