Un fuerte terremoto sacudió el lunes por la mañana las zonas occidentales de Indonesia y la isla principal de Filipinas, sembrando el pánico en los barrios, aunque no se emitió una alerta de tsunami.
El sismo, de 6,7 grados de magnitud, se sintió primero en la isla indonesia de Sumatra, situada en la costa occidental, alrededor de las 4.06 de la madrugada, hora local, pero no causó ningún daño ni tiene el potencial de provocar un tsunami, dijo el jefe de la agencia geofísica de Indonesia (BMKG), Dwikorita Karnawati.
Tuvo una profundidad de 16 km y los temblores se sintieron con fuerza en algunas zonas, incluida la ciudad de Padang por los residentes en pánico durante un minuto, según la Agencia Nacional de Mitigación de Desastres de Indonesia (BNPB).
La agencia describió el terremoto como una sensación de “paso de un camión” en algunas zonas, y dijo que se habían producido cuatro réplicas, la mayor de ellas de magnitud 6. Padang está a unos 1.000 km al noroeste de la capital, Yakarta.
Hasta el momento, las autoridades no habían recibido información sobre los daños, pero seguían evaluando el impacto en algunas zonas remotas, como Nias Selatan, en Sumatra del Norte, donde las comunicaciones eran difíciles, dijo un funcionario.
El terremoto sacudió Filipinas a las 5.05 de la mañana, hora local, y los residentes de la capital, Manila, informaron de fuertes temblores que hicieron temblar los edificios.
Pero el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología también confirmó que no se esperaban daños.
“Es fuerte y tiembla como si bailara de lado”, dijo el teniente Aristóteles Calayag, jefe de policía en funciones de la ciudad filipina de Lubang, en Mindoro Occidental, una isla frente a Luzón, citado por la agencia de noticias AFP.
Tanto Indonesia como Filipinas son propensas a sufrir más terremotos porque se encuentran en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una región sísmicamente activa en la que confluyen diferentes placas de la corteza terrestre.
El mes pasado, un terremoto de magnitud 6,1 en la zona causó la muerte de al menos 10 personas, mientras que un terremoto de magnitud 9,1 también causó estragos en 2004, desencadenando un tsunami que mató a 220.000 personas en toda la región.
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