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El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, nombró el jueves a 16 ministros y designó a dos miembros de su partido que supervisaban estados en el noreste de Brasil para supervisar los sistemas de educación y bienestar del país.
Lula tomará posesión de su cargo dentro de poco más de una semana y aún tiene que nombrar a una docena de ministros. Pero eligió a miembros veteranos de su Partido de los Trabajadores para encabezar dos de los cargos más importantes de su administración.
Camilo Santana, ex gobernador del estado de Ceará, presidirá el Ministerio de Educación. Por su parte, Wellington Dias, ex gobernador de Piauí, será el ministro de Desarrollo Social. Ambos tienen dos de los mayores presupuestos ministeriales, y el segundo supervisará el enorme gasto en bienestar social del gobierno.
La ministra de Salud de Lula será Nísia Trinidade, que durante la pandemia de COVID-19 ha dirigido el instituto gubernamental de investigación sanitaria Fiocruz, que también produce vacunas.
El equipo de transición de su gobierno presentó un informe en el evento del jueves haciendo un balance del gobierno federal y afirmando que cuatro años bajo el presidente Jair Bolsonaro habían producido retrocesos significativos en salud y educación. Lula ha dicho que esas áreas y la lucha contra la pobreza serán sus principales prioridades una vez que regrese al cargo que ocupó de 2003 a 2010.
“Sólo quiero que la sociedad brasileña sepa que el Brasil que encontramos en diciembre de 2022, recibimos este gobierno en una situación de penuria – una situación en la que las cosas más simples fueron hechas irresponsablemente”, dijo Lula en declaraciones televisadas desde la capital, Brasilia.
“No nos avergonzamos de decir que queremos ministros políticos”, dijo. “Lo que queremos son políticos eficientes que tengan competencia para hacer política y armar un buen gobierno”.
Para asegurar su estrecha victoria electoral sobre Bolsonaro, Lula y su izquierdista Partido de los Trabajadores buscaron alianzas con moderados e incluso antiguos enemigos políticos. Entre ellos se encuentra el vicepresidente electo Geraldo Alckmin, que desafió a Lula cuando se presentó a la reelección en 2006. Otros aliados cruciales, sin embargo, aún no han obtenido cargos, como la ex ministra de Medio Ambiente Marina Silva y Simone Tebet, que quedó tercera en la primera vuelta de la carrera presidencial antes de apoyar a Lula.
Lula nombró el jueves a seis mujeres para dirigir ministerios -incluidos los de Cultura, Igualdad Racial y Ciencia y Tecnología- con el objetivo de responder a las críticas de que en su anterior Gabinete no había ninguna mujer. También nombró a sus tres primeros ministros negros.
Lula anunció el jueves que Alckmin dividirá su tiempo entre la vicepresidencia y el ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio. Ese ministerio formaba parte del Ministerio de Economía de Bolsonaro, que Lula está restableciendo junto con el Ministerio de Planificación y Presupuesto y el Ministerio de Hacienda. Eso explica sólo una parte del posible salto en las posiciones ministeriales bajo Lula, que se espera que tenga 37 ministros, frente a los 22 de Bolsonaro.
El jueves, Lula aseguró a los asistentes en Brasilia -así como a los atentos agentes del mercado deseosos de que su gobierno muestre moderación fiscal- que un Gabinete más grande no significará más gasto y que los ministros tendrán que apretarse el cinturón. Hasta ahora ha nombrado un total de 21 ministros.
Algunos de los puestos que se anunciarán la próxima semana se están negociando minuciosamente entre bastidores. Los puestos clave que quedan en el Gabinete incluyen los de ministro de Medio Ambiente y ministro de Agricultura, nombramientos sensibles para la poderosa bancada agrícola del Congreso y como medio para demostrar un compromiso para revertir la deforestación descontrolada de la selva amazónica de Brasil bajo Bolsonaro.
Silva, que fue ministra de Medio Ambiente de Lula durante la mayor parte de sus dos primeros mandatos presidenciales, ha sido considerada como una fuerte candidata para volver al cargo. Pero también se ha enfrentado a la oposición por ser demasiado radical y porque su nombramiento podría enfadar a la industria agrícola.
El futuro papel de Tebet también se ha dejado para la semana que viene. Tebet había expresado su interés por el Ministerio de Desarrollo Social, de alto nivel, que fue a parar a manos de Dias.
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