El presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido moderación en la retórica en torno a la guerra de Rusia en Ucrania después de que su homólogo estadounidense, Joe Biden, pareciera pedir el derrocamiento de Vladimir Putin.
En su intervención en Varsovia el sábado, Biden calificó al líder ruso de “carnicero” por su invasión de Ucrania, antes de decir que Putin “no puede seguir en el poder”.
La Casa Blanca se apresuró a distanciarse de la sugerencia de que apoya el cambio de régimen en Moscú, insistiendo en que el presidente de Estados Unidos había querido decir que Putin no debería tener poder para hacer la guerra contra su vecino.
Macron criticó más tarde la elección de palabras de Biden, que dio a entender que eran poco útiles. “Yo no utilizaría este tipo de palabras porque sigo manteniendo conversaciones con el presidente Putin”, dijo France 3 TV durante el fin de semana.
“Si esto es lo que queremos hacer, no debemos escalar las cosas, ni con palabras ni con acciones”, dijo.
El intento del presidente francés de desescalar la situación fue apoyado por la política de extrema derecha Marine Le Pen, una de sus principales competidoras en las próximas elecciones presidenciales.
“Obviamente, son palabras que añaden aceite al fuego”, dijo sobre los comentarios de Biden.
“El hecho de que el presidente de la República no entre en esta escalada es algo bueno”, añadió Le Pen.
El Sr. Biden también fue criticado por su predecesor, Donald Trump, quien dijo que sus palabras ponían en riesgo la guerra nuclear con Rusia.
Es probable que el discurso en Varsovia deteriore aún más la relación entre Estados Unidos y Rusia. Aunque el Sr. Biden ha dejado clara su opinión sobre el Sr. Putin – habiéndolo calificado de “criminal de guerra” a principios de este mes – sus comentarios más recientes han sido los más fuertes hasta la fecha.
Tras el discurso, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, respondió: “Eso no lo tiene que decidir Biden. El presidente de Rusia es elegido por los rusos”.
Tras cinco semanas de guerra en Ucrania, al menos 1.119 civiles han muerto y otros 1.790 han resultado heridos, según las últimas cifras de la ONU. Sin embargo, es probable que el verdadero número de muertos sea mucho mayor.
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