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El senador de Virginia Occidental, Joe Manchin, emitió una rara (para él) crítica a dos de los jueces conservadores más recientemente nombrados en la Corte Suprema después de que el máximo tribunal del país echara por tierra décadas de precedentes que protegían el derecho al aborto a nivel federal.
Tras conocerse el viernes la noticia de que Roe v Wade había sido anulado, el Sr. Manchin emitió una declaración condenando duramente tanto al juez Neil Gorsuch como al juez Brett Kavanaugh por sus votos uniéndose a los conservadores del Tribunal para desmantelar Roe — el caso histórico del aborto que protegió a las mujeres de las leyes que prohíben el aborto durante casi 50 años.
El senador de Virginia Occidental sugirió directamente en sus comentarios que el Sr. Kavanaugh y el Sr. Gorsuch habían indicado que creían que el caso era una ley establecida durante sus conversaciones privadas, lo que plantea la cuestión de si dos de los nueve jueces de la Corte mintieron en su camino hacia el banco.
“Confié en el juez Gorsuch y en el juez Kavanaugh cuando testificaron bajo juramento que también creían que Roe v. Wade era un precedente legal establecido y me alarma que hayan elegido rechazar la estabilidad que el fallo ha proporcionado a dos generaciones de estadounidenses”, dijo el Sr. Manchin, sugiriendo que ya no tenían esa confianza.
No fue el único senador que votó a favor de la pareja que hizo tal declaración el viernes. La senadora republicana de Maine, Susan Collins, también lo hizo, incluso cuando muchos en su propio partido aplaudían la noticia y prometían llevar la lucha por la prohibición del aborto al escenario nacional.
“Tirar de la noche a la mañana un precedente en el que el país ha confiado durante medio siglo no es conservador”, argumentó Collins, que añadió que la decisión era “inconsistente con lo que los jueces Gorsuch y Kavanaugh dijeron en su testimonio y en sus reuniones conmigo”.
El fallo del viernes y las declaraciones que ponen en duda la honestidad de dos de los jueces llegan en un momento de históricos cuestionamientos a la legitimidad y de desconfianza general hacia el Tribunal Supremo. La institución ya está siendo golpeada por las persistentes revelaciones sobre las acciones de Ginni Thomas, cónyuge del juez Clarence Thomas, quien presionó a los republicanos -incluido el jefe de personal de la Casa Blanca, Mark Meadows- para que apoyaran el esfuerzo de Donald Trump por anular las elecciones de 2020 basándose en falsas denuncias de fraude.
El viernes, esos cuestionamientos a la legitimidad fueron evidentes frente a las puertas de la Corte, ya que cientos de manifestantes, a los que se sumó la representante Alexandria Ocasio-Cortez, se unieron en cánticos que calificaban directamente a la Corte y a la propia decisión como “ilegítimas”.
Numerosos estados, entre ellos Mississippi, Texas y otros, ya estaban impulsando restricciones sin precedentes al aborto antes incluso de que se anunciara el fallo del viernes, gracias en gran medida a la filtración de la propia decisión hace semanas.
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