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Los manifestantes israelíes bloquearon las carreteras y se reunieron frente a la bolsa de valores y el cuartel militar de Tel Aviv el martes en la última manifestación en todo el país contra la reforma judicial planeada por el primer ministro Benjamin Netanyahu.
El último “día de interrupción” se produjo cuando los aliados del primer ministro desde hace mucho tiempo impulsaron una polémica legislación a través de un comité parlamentario antes de la votación que se espera para la próxima semana.
Se planean protestas adicionales a lo largo del día.
Los manifestantes, muchos de ellos reservistas militares, crearon cadenas humanas y bloquearon una de las entradas a Kirya, el cuartel militar de Israel en el centro de Tel Aviv.
Netanyahu encabeza el gobierno más ultranacionalista y religiosamente conservador en los 75 años de historia de Israel. Propuso una serie de cambios drásticos en el poder judicial del país poco después de asumir el cargo en diciembre. Su gobierno asumió el cargo después de las quintas elecciones del país en menos de cuatro años, todas ellas consideradas como referéndums sobre su aptitud para servir como primer ministro mientras estaba siendo juzgado por corrupción.
Las protestas masivas semanales llevaron a Netanyahu a suspender la reforma en marzo, pero decidió revivir el plan el mes pasado después de que fracasaran las conversaciones de compromiso con la oposición política.
Las leyes propuestas otorgarían a los legisladores un mayor control sobre el nombramiento de jueces y le darían al parlamento el poder de anular las decisiones de los tribunales superiores y aprobar leyes impermeables a revisión judicial.
El proyecto de ley que se está tramitando en el parlamento esta semana eliminaría la capacidad de la Corte Suprema de anular las decisiones del gobierno que considere irrazonables. Los jueces utilizaron esa “cláusula de razonabilidad” para anular el nombramiento de un aliado clave de Netanyahu como ministro del Interior después de aceptar un acuerdo de culpabilidad por evasión de impuestos en 2021.
Él y sus aliados dicen que las medidas son necesarias para frenar una Corte Suprema demasiado activista compuesta por jueces no elegidos. Los críticos dicen que la reforma judicial concentrará el poder en manos de Netanyahu y sus aliados y socavará el sistema de controles y equilibrios del país.
También dicen que Netanyahu tiene un conflicto de intereses porque está siendo juzgado por cargos de fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos.
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