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Marjorie Taylor Greene está trabajando en una versión federal de la ley de Florida recientemente firmada, altamente controvertido proyecto de ley “No digas gay” de Florida.
La republicana de Georgia dijo el miércoles al presentador de Infowars, Alex Jones, que estaba lanzando un esfuerzo para copiar la legislación, que prohíbe a los profesores proporcionar información sobre la orientación sexual y la identidad de género, porque quería “proteger a los niños”.
“¿Vas a escribir un proyecto de ley, vas a presentar un proyecto de ley porque tienes el poder de hacerlo?”, le preguntó el teórico de la conspiración de derechas a la congresista. “Todos nos pondríamos detrás de un proyecto de ley para retirar la financiación federal a cualquier escuela que sexualice a los niños”.
“Absolutamente al 100%”, respondió. “Me reuniré con mi equipo justo después de esta entrevista y trabajaremos en ello, Alex, porque haré todo lo que pueda para proteger a los niños”.
La republicana de Georgia tiene un largo historial de uso de su plataforma pública para atacar a las personas LGBT+, desde protestar contra las drag queens en las bibliotecas públicas, hasta tratar de detener temporalmente los asuntos del Congreso en protesta por la Ley de Igualdad, legislación que haría ilegal la discriminación por motivos de sexo, identidad de género o sexualidad.
“La llamada #EqualityAct es malvada”. tuiteó el pasado mes de febrero..
Había añadido: “Disfrazado de derechos #LGBT, amplía el alcance regulatorio gubernamental que destruye los derechos de las mujeres, los derechos religiosos y los derechos de los no nacidos. Es un ataque directo a la creación de Dios, que nos creó hombre y mujer”.
Ese mismo mes, ella pegó un cartel despectivo en la puerta de la colega de la Cámara de Representantes Marie Newman de Illinois, cuya hija es trans.
“Hay DOS géneros: MASCULINO Y FEMENINO …¡Confía en la ciencia!”, decía el cartel.
La legislación pretende “arrebatar a los jóvenes transgénero el apoyo de sus médicos, de sus padres, de sus profesores, de sus entrenadores, de sus compañeros de equipo, de los libros, del plan de estudios por completo”, según la consejera principal de la Campaña de Derechos Humanos, Cathryn Oakley. “Cada una de estas piezas quita otra parte de ese apoyo”.
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