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Miles de niños ucranianos han sido “secuestrados” por las fuerzas de Vladimir Putin y llevados a Rusia, según ha afirmado Kiev.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano dijo el martes que 2.389 niños habían sido transportados a través de la frontera desde las provincias orientales de Donetsk y Luhansk.
“Esto no es asistencia. Es un secuestro”, tuiteó la embajada estadounidense en Kiev, citando al ministerio. El ministerio lo calificó de “grave violación del derecho internacional”.
Aunque no se ha podido verificar de forma independiente, la afirmación del secuestro se produce después de que las autoridades de Mariupol dijeran que varios miles de sus residentes habían sido deportados a Rusia por la fuerza. El martes también se afirmó que Rusia planeaba secuestrar a los ucranianos que protestaban contra las fuerzas invasoras y llevarlos al otro lado de la frontera.
Moscú sigue asediando ciudades de toda Ucrania, incluida Mariupol, que ha quedado en gran parte destruida tras más de tres semanas de bombardeos rusos.
Describiendo las consecuencias de dos grandes bombas que golpearon Mariupol el martes, el consejo local dijo que la ciudad se había convertido en las “cenizas de una tierra muerta”.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky se hizo eco de esta valoración. “No queda nada allí”, dijo el martes al parlamento italiano a través de una videoconferencia. Se dice que las fuerzas rusas estaban dentro de la ciudad arrasada el martes por la noche.
Situada en el Mar de Azov, la ciudad portuaria albergaba a 400.000 personas antes de la invasión rusa. La población civil está luchando con un suministro limitado de alimentos y agua, y la mayoría de la gente no puede huir debido a los frecuentes bombardeos rusos.
Algunos han conseguido escapar de la ciudad. Una exhausta superviviente de Mariupol temblaba al llegar en tren a la ciudad occidental de Lviv el martes. “No hay conexión con el mundo. No pudimos pedir ayuda”, dijo Julia Krytska, a quien los voluntarios ayudaron a escapar con su marido y su hijo. “La gente no tiene ni siquiera agua allí”.
La situación humanitaria también es desesperada en otras partes del país. Cientos de miles de civiles se están quedando sin alimentos en Kherson, la única ciudad importante que ha caído en manos de las fuerzas rusas, según las autoridades de Kyiv.
Steve Gordon, asesor de respuesta humanitaria de Mercy Corps, que visitó el martes la ciudad oriental de Kharkiv, advirtió de la grave escasez de alimentos en todo el país. Las organizaciones civiles ucranianas están liderando los esfuerzos de ayuda, pero no pueden hacer mucho, dijo.
El trabajador de la ONG dijo que las zonas que están sufriendo los combates más intensos podrían tener sólo tres o cuatro días de suministros de alimentos. “En Sumy y Kharkiv, creemos que, como mínimo, el 70% de la población depende totalmente de la ayuda, y en algunas zonas es mayor”, añadió.
Rusia sigue luchando por conseguir avances militares en Ucrania, según el último informe de la inteligencia militar británica.
El martes, explosiones y ráfagas de disparos sacudieron Kiev, mientras las fuerzas rusas intentaban rodear y capturar varias zonas suburbanas de la capital. Ucrania dijo que había expulsado a las fuerzas rusas del suburbio kievita de Makariv tras una feroz batalla.
El ejército ucraniano afirmó que los soldados rusos se habían visto obligados a retirarse y a llamar a tropas adicionales. El Estado Mayor de las fuerzas armadas ucranianas dijo que Rusia había sufrido pérdidas de personal “grandes e irreversibles”.
Un funcionario occidental, que habló bajo condición de anonimato, dijo con respecto a las evaluaciones militares que la resistencia ucraniana había detenido gran parte del avance de Rusia, pero no había hecho retroceder a sus fuerzas.
Las fuerzas rusas, según los funcionarios occidentales, se enfrentan a una grave escasez de alimentos, combustible y equipo para el frío, lo que hace que algunos soldados sufran congelaciones. A muchos sólo les quedan suministros para tres días.
Ante la frustración de los rusos sobre el terreno, Estados Unidos volvió a advertir que un Kremlin desesperado podría recurrir al uso de armas químicas o biológicas. El presidente estadounidense Joe Biden dijo que Vladimir Putin “está entre la espada y la pared”.
El Reino Unido dijo que instaría a la OTAN a finales de esta semana a aumentar el suministro de armas a Ucrania, mientras que Moscú dijo que sólo utilizaría armas nucleares si “su propia existencia se viera amenazada”.
Como resultado de la feroz resistencia ucraniana, se cree que Rusia ha perdido miles de soldados. Aunque el Kremlin sólo ha confirmado la muerte de 498 efectivos en la guerra hasta ahora, el periódico ruso Komsomolskaya Pravda publicó el lunes un artículo en el que sugería que 9.861 militares rusos habían muerto y otros 16.153 habían resultado heridos.
El periódico retiró posteriormente las cifras,culpando de su inclusión a un supuesto hacker. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que no comentaría el incidente.
También han muerto miles de civiles, y la invasión ha expulsado a más de 10 millones de personas de sus hogares, casi una cuarta parte de la población de Ucrania, según Naciones Unidas. Más de 3,5 millones de personas han huido ya del país, y más de 2 millones han cruzado la frontera con Polonia.
El mayor flujo de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial ha dejado a los países luchando para hacer frente a la situación mientras tratan de proporcionar alojamiento y servicios vitales como la educación.
En el marco de una serie de discursos ante parlamentos extranjeros, Zelensky instó a los diputados italianos a reforzar las sanciones contra Moscú, señalando que muchos rusos ricos tienen casas en el país. “No seáis un recurso para los asesinos”, dijo desde Kiev.
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