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Una ola de protestas antigubernamentales estalló en Irán en una fiesta popular celebrada con fuegos artificiales.
Los iraníes de todo el país celebraron la festividad zoroástrica del “Miércoles Rojo” lanzando fuegos artificiales contra las fuerzas de seguridad, arrojando hiyabs a las hogueras, cantando canciones antigubernamentales y coreando eslóganes contra el líder supremo Ali Jamenei.
“Este año es un año de sangre”, coreaba una bulliciosa multitud reunida en la ciudad de Rasht, en el norte de Irán. “Seyed Ali [Khamenei] será derrocado”.
El Miércoles Rojo comienza el último martes por la noche del año civil persa, y suele celebrarse encendiendo fuegos artificiales y saltando sobre hogueras, un ritual que a menudo provoca heridos. Los medios de comunicación estatales iraníes informaron el miércoles de que 15 personas murieron y más de 2.000 resultaron heridas mientras celebraban la fiesta del fuego.
Las protestas, que tuvieron lugar el martes por la noche y hasta primera hora del miércoles, son una continuación de la oleada de disturbios desatada por la muerte bajo custodia de Mahsa Amini hace seis meses. La muerte de la joven, de 22 años, tras ser detenida por la policía de moralidad, desató la indignación, tanto dentro de Irán como en la comunidad internacional en general. El auge de la oposición ha superado las divisiones étnicas, sectarias, regionales y sociales de Irán, planteando uno de los mayores desafíos al régimen clerical en sus 44 años de existencia. Más de 400 personas han muerto en la represión.
Ante la intensa represión, que ha reducido la participación, los líderes activistas del país habían pedido a los manifestantes que evitaran las calles por el momento. Sin embargo, la ira por la represión política y los fracasos económicos del país ha estado hirviendo bajo la superficie. Recientemente, estudiantes, profesores y otras personas protestaron por la gestión gubernamental de una serie de presuntos envenenamientos masivos de niñas en centros de enseñanza secundaria.
Los activistas habían pedido a los iraníes que aprovecharan las celebraciones nocturnas anuales previas al Año Nuevo para organizar concentraciones antigubernamentales, y la policía se había preparado para los disturbios. Un vídeo mostró a jóvenes iraníes lanzando fuegos artificiales a las fuerzas de seguridad que pasaban en motocicletas.
Las autoridades han intentado reprimir las protestas con miles de detenciones que, según activistas de derechos humanos, están provocando un peligroso hacinamiento en las cárceles.
El jefe del poder judicial, Gholamhossein Mohseni Ejei, anunció el lunes que 22.628 personas detenidas durante las recientes protestas habían sido indultadas o se les habían conmutado las penas por orden del Sr. Jamenei.
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