Boris Johnson puede beber como Winston Churchill, pero ahí acaba la comparación, según un mordaz veredicto del principal periódico español El País.
El periódico madrileño es el último medio que critica al líder británico desde el extranjero tras el escándalo del llamado ‘Partygate’, que ha llevado a una docena de actos del Gobierno a ser investigados por la policía por posibles infracciones de cierre.
No contento con compararlo desfavorablemente con su héroe político, El País también ataca al Sr. Johnson porque “se ríe de sus propias reglas como un monarca ajeno a su pueblo”.
En un editorial titulado “Johnson: Un bebedor como Churchill, pero sin ser Churchill”, la escritora Berna González Harbor critica al primer ministro por su forma de romper las reglas.
“Johnson ha fracasado porque ha roto las mismas reglas que ha aprobado para todos. Como soberano absoluto al margen del estado de derecho, su ley, impuso duras restricciones a los ciudadanos mientras se burlaba de todos incumpliéndolas en su propia casa”, escribió el jueves.
El artículo concluía: “Pero Johnson no ha fracasado por beber, sino por no cumplir. Y porque no es Churchill”.
Para los medios españoles, el contexto de las constantes copas de trabajo en el Reino Unido ha sido difícil de entender.
Rafa de Miguel, corresponsal en el Reino Unido de El País, dijo a Político que, aunque a sus editores no les sorprendía el incumplimiento de las normas por parte de Johnson, no entendían por qué los funcionarios bebían tanto vino.
Dijo: “Una de las cosas que me pidieron mis editores, desde el principio de este escándalo, fue que intentara explicar qué era esta cultura de la bebida a la que se referían constantemente en los medios de comunicación británicos.
“Y es un poco difícil de explicar cuando la gente no ha vivido aquí. En España no hay gente en la sede del gobierno que termine el día con una botella de vino.”
En el editorial, el periódico condenaba a Johnson como un obstáculo, no sólo para el Partido Conservador, sino para “toda la sociedad británica”. Describe la actuación del primer ministro en los PMQs del miércoles como llena de promesas “vagas y difusas” y una “arrogancia desafiante”.
Decía: “Presumió de haber lanzado la campaña de vacunación más exitosa y rápida de Europa, pero olvidó que el número de muertos supera al de cualquier otro país del continente”.
“Johnson es ahora un lastre para los conservadores, que se aferran a Downing Street en tiempo prestado”, añadía.
El editorial es el último ejemplo de crítica internacional al Sr. Johnson.
A principios de esta semana, el portavoz del Kremlin se refirió a él como “totalmente confundido” y los medios de comunicación rusos dijeron que era el “personaje más desagradable, irrespetado y ridiculizado de Gran Bretaña”.
Los medios de comunicación rusos dijeron que estaba “completamente bajo el control y el talón de su joven esposa”, y que “incluso los escolares se ríen de él”.
El embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, también dijo Sky News que Moscú no “confía en la diplomacia británica”.
El Sr. Johnson se ha enfrentado al ridículo tras la publicación del informe de la funcionaria Sue Gray sobre las fiestas de Downing Street esta semana, y la prensa internacional ha prestado especial interés a la cultura del consumo “excesivo” de alcohol en el lugar de trabajo que la Sra. Gray descubrió.
Un artículo de The New York Times encabeza con los comentarios de la Sra. Gray sobre un fallo de liderazgo y la “imagen condenatoria del consumo “excesivo” de alcohol en el lugar de trabajo en el seno del gobierno británico.” CNN incluso encargó un artículo de opinión explicando a Boris Johnson y “el problema de la bebida en Gran Bretaña”.
Una columna en el periódico francés Líberation del miércoles acusaba a Johnson de “matar al Partido Conservador de Winston Churchill y Margaret Thatcher”.
Downing Street dijo que el Sr. Johnson “acepta las conclusiones generales de Sue Gray en su totalidad, y sobre todo su recomendación de que debemos aprender de estos acontecimientos y actuar ahora”. Pero dijo que no podía añadir nada más “mientras la investigación de la Met está en curso”.
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