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Un oso polar hambriento que deambulaba por un puesto de avanzada del Ártico en el norte de Rusia ha sido rescatado después de que su lengua quedara atrapada en una lata de leche condensada.
Los habitantes de Dikson, uno de los asentamientos más septentrionales del mundo, dieron la voz de alarma cuando vieron a la hembra de dos años de edad afectada acercarse a las cabañas del pueblo.
En el vídeo grabado del oso acercándose a los humanos -un hecho poco frecuente- se oye a la gente decirle que les dé la lata y que no tenga miedo antes de intentar sin éxito quitarle la lata.
Un equipo del zoológico de Moscú voló a la región de Krasnoyarsk para tranquilizar al animal con un dardo, quitarle el metal afilado de la boca y tratar los cortes en la lengua.
Mikhail Alshinetsky, veterinario del zoo, dijo que el oso estaba delgado y un poco deshidratado, pero que se esperaba que sus heridas sanaran.
El equipo del zoo observará al animal durante varios días antes de llevarlo a un hábitat natural con un suministro de peces.
“Estará quieta el tiempo suficiente para que podamos llevarla al lugar de liberación. Entonces le daremos un antídoto y todo irá bien”, dijo el Sr. Alshinetsky.
Svetlana Akulova, directora general del zoológico, dijo: “La siguiente etapa importante es su recuperación de la anestesia. Pero nuestros especialistas estarán cerca, vigilando el proceso”.
“Esperamos que todo vaya bien. Dejamos algunos peces cerca de la osa porque llevaba mucho tiempo sin comida ni agua”.
Los científicos han advertido que los hambrientos osos polares recurren cada vez más a los vertederos en busca de comida a medida que el cambio climático derrite sus gélidos hábitats.
En un informe de esta semana, un equipo de investigadores canadienses y estadounidenses afirmó que la basura humana supone una amenaza emergente para las vulnerables poblaciones de osos polares, ya que se vuelven más dependientes de los vertederos cercanos a las comunidades del norte en lugares como Rusia, Canadá y Alaska.
Los osos polares pasan hambre durante más tiempo que nunca porque el océano Ártico se está calentando cuatro veces más rápido que el resto del mundo. El aumento de las temperaturas hace que el hielo marino del Ártico se derrita antes cada primavera y se forme más tarde cada otoño.
Los científicos temen que la mayoría de las poblaciones de estos osos, clasificados oficialmente como vulnerables a la extinción, desaparezcan para el año 2100 a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan drásticamente.
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