Una pareja que se quejó hace 19 años de que el fuerte ruido que hacía el inodoro de sus vecinos era “intolerable” finalmente ganó su caso en los tribunales italianos.
El largo camino de la pareja hacia la justicia de los baños comenzó en 2003 cuando argumentaron que la perturbación causada por el nuevo baño de al lado estaba obstaculizando una noche de sueño decente.
El tanque de agua del inodoro se había construido en la pared contigua a su cama, que tenía solo 22 cm de espesor, según los informes.
Un juez de la cercana ciudad de La Spezia rechazó su solicitud inicial de compensación y la eliminación del baño.
Pero la decisión fue anulada por el tribunal de apelación de Génova, antes de que la demanda fuera vista en el tribunal supremo italiano, luego de una impugnación de los cuatro hermanos que eran dueños del departamento vecino.
En el último veredicto, el panel de jueces citó el “derecho al respeto de la vida privada y familiar” de la pareja, tal como se establece en la Convención Europea de Derechos Humanos. Dijeron que el ruido del baño significaba que la pareja no podía ejercer sus hábitos diarios libremente. .
La decisión del tribunal superior significa que los hermanos tendrán que pagar 500 euros (420 libras esterlinas) por daños y perjuicios por cada año transcurrido desde que se presentó la denuncia, lo que significa que ahora deben casi 10.000 euros en total.
La saga del inodoro destaca la velocidad glacial del sistema de justicia italiano, algo que el primer ministro del país, Mario Draghi, se comprometió a abordar el año pasado.
La resolución de la disputa del baño tomó más tiempo que Albert Einstein para desarrollar su teoría de la relatividad, comentó un periódico italiano.
“Si Franz Kafka hubiera sido un ciudadano italiano de hoy, no habría escrito ‘El juicio’, habría escrito ‘El retrete’ para describir la justicia en nuestro país”, escribió el periodista Massimiliano Parente en el diario milanés Il Giornale.
“A nivel judicial somos un gran, enorme, gigantesco retrete atascado”, agregó.
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