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En medio de la escalada de la guerra en Ucrania, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo el jueves que apoya la prohibición de las importaciones de petróleo ruso a los Estados Unidos, un fuerte guiño que podría fortalecer la mano del presidente Joe Biden mientras los aliados globales buscan aislar al régimen del presidente ruso Vladimir Putin.
Biden se ha mostrado reacio a frenar los envíos de petróleo ruso a EE.UU. o a imponer sanciones energéticas que reduzcan el suministro cuando los precios de la gasolina en los surtidores ya están subiendo para los estadounidenses. Pero el apoyo de Pelosi da un nuevo impulso a una idea en el Congreso que ya cuenta con el respaldo de amplias franjas de republicanos y un número creciente de demócratas. La Casa Blanca ha dicho que todas las herramientas siguen estando sobre la mesa.
“Estoy a favor de eso”, dijo Pelosi sobre el fin del petróleo ruso en EE.UU. “Prohíbelo”.
Encontrar un terreno común para contrarrestar la agresión rusa hacia Ucrania a través de la política energética sería un gran avance para el dividido Congreso, que ha mostrado una notable resolución para unificar el apoyo de Estados Unidos a los ucranianos, pero que ha luchado por dar pasos concretos que ayuden a la democracia de estilo occidental a luchar contra la invasión rusa.
Una prohibición del petróleo ruso podría atraer una alianza momentánea de legisladores de izquierda y derecha: los demócratas que luchan contra el cambio climático y quieren reducir la dependencia de Estados Unidos de los combustibles fósiles; los republicanos que quieren impulsar la producción energética de Estados Unidos en su país; y la gran mayoría de legisladores de ambos partidos que quieren detener la guerra de Putin.
Los republicanos han impulsado la prohibición del petróleo ruso, a los que se han unido algunos demócratas deseosos de castigar a Putin. “¿Y si aplastamos el sector del petróleo y el gas de la economía rusa?”, dijo el senador Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur. “Eso sería una combinación letal para la economía rusa”.
El senador Ed Markey, demócrata liberal de Massachusetts y uno de los principales defensores de las estrategias contra el cambio climático, también respalda la prohibición de las importaciones. “No podemos criticar a Europa por su dependencia de la energía rusa mientras nosotros vertemos el dinero del petróleo sucio en Rusia”, dijo
Sin embargo, Biden se resiste a ello, pues teme que una prohibición pueda perturbar aún más los mercados mundiales y aumentar los ya elevados precios en los surtidores. También se arriesga a las reacciones de los activistas del cambio climático que dicen que los funcionarios estadounidenses no deben utilizar la guerra de Ucrania para ampliar las perforaciones de petróleo o gas en los Estados Unidos, un paso que los republicanos han estado instando. Los precios de la gasolina en Estados Unidos alcanzaron una media de casi 3,73 dólares por galón el jueves, casi un dólar más que hace un año, según el club de automovilistas AAA.
Por ahora, la Casa Blanca ha dicho que todas las opciones siguen sobre la mesa. “No tenemos un interés estratégico en reducir el suministro global de energía”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Los comentarios de la Casa Blanca fueron ampliamente criticados como erróneos por el senador Joe Manchin, demócrata de Virginia Occidental, y la senadora Lisa Murkowski, republicana de Alaska, en una conferencia de prensa el jueves en la que presentaron un proyecto de ley bipartidista para detener las importaciones de petróleo ruso a Estados Unidos.
La legislación detendría las importaciones de petróleo ruso en Estados Unidos declarando una emergencia nacional, algo que Biden también podría hacer por su cuenta. Obtuvo apoyo bipartidista, incluso de los líderes del Caucus de Resolución de Problemas de la Cámara.
“Aquí hay una obligación moral: No quiero que nuestros dólares estén financiando esto, esta carnicería en Ucrania dirigida por Putin”, dijo Murkowski.
Murkowski dijo que entendía que Biden ganó la Casa Blanca en parte por su promesa de luchar contra el cambio climático, pero dijo que después de la guerra rusa en Ucrania, “estamos en un lugar diferente.”
Las exportaciones rusas de petróleo y gas se han cernido sobre la política de seguridad nacional de Estados Unidos y sus aliados occidentales. El sector energético es vital para la economía rusa y la industria es una fuerza política que hace que los países dependan del régimen de Putin. Los precios del petróleo se dispararon a nivel mundial con la invasión rusa de Ucrania, sacudiendo los mercados.
Estados Unidos importó una pequeña pero notable cantidad de petróleo de Rusia: alrededor del 7 % de todas las importaciones de crudo y productos petrolíferos. Algunos grupos industriales estadounidenses dicen que es incluso menos. En 2021, Estados Unidos importó unos 245 millones de barriles de crudo y productos petrolíferos de Rusia, un aumento del 24% en un año, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos.
Pelosi dijo que no quiere que aumenten los precios de la gasolina en los surtidores para los estadounidenses, y esbozó las medidas que el Congreso y la administración están tomando para evitar los picos.
Biden anunció el martes que va a liberar 30 millones de barriles de petróleo de las reservas estratégicas de Estados Unidos, como parte de un esfuerzo global para aliviar el suministro de petróleo en medio de la guerra de Ucrania, y algunos demócratas han estado impulsando un feriado temporal del impuesto federal a la gasolina para aliviar los costos a los consumidores.
La Casa Blanca no ha respaldado la exención del impuesto sobre la gasolina ni la ha descartado.
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El escritor de Associated Press MatthewDaly contribuyó a esta historia.
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