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En respuesta a la preocupación por las condiciones de trabajo de algunos ayudantes del Capitolio, la presidenta Nancy Pelosi anunció el viernes un salario mínimo anual de 45.000 dólares para el personal de la Cámara de Representantes y preparó para su votación la próxima semana una resolución que allanaría el camino para que los ayudantes se unieran a un sindicato.
Aunque los puestos de trabajo en el Capitolio son muy codiciados y pueden dar lugar a grandes salarios en el futuro, el trabajo a menudo implica horas agotadoras y un bajo salario en una región donde los altos costos de la vivienda pueden dejar poco dinero para otras necesidades.
Los legisladores fijan el salario de sus ayudantes. El dinero procede de una asignación que se pone a disposición de cada miembro para cubrir el alquiler, el equipo, el salario y otros gastos derivados del desempeño de sus funciones oficiales.
Pelosi señaló que la reciente aprobación de un aumento del 21% en esa asignación debería cubrir con creces el aumento de los salarios. Animó a los miembros a utilizar el aumento “para honrar el comprometido trabajo de sus funcionarios”.
“Hacerlo así abrirá las puertas del servicio público a quienes quizá no hayan podido permitírselo en el pasado”, dijo Pelosi. “Se trata también de una cuestión de equidad, ya que muchos de los funcionarios más jóvenes que trabajan más horas suelen ganar los salarios más bajos”.
La fecha límite para aplicar el mínimo de 45.000 dólares anuales será el 1 de septiembre. El salario medio del personal que trabaja para un legislador individual fue de 50.000 dólares el año pasado, según la Oficina de Diversidad e Inclusión de la Cámara.
Las medidas de Pelosi llegan en un momento en el que la Casa Blanca de Biden está tratando de promulgar políticas destinadas a fortalecer los sindicatos. Los trabajadores de grupos demócratas como el Comité Nacional Demócrata y el Comité de Campaña del Congreso Demócrata se han movilizado para sindicalizarse. Y esos esfuerzos se han extendido a la Cámara de Representantes, donde la resolución del representante de Michigan Andy Levin prevé la aprobación de un reglamento que daría al personal la oportunidad de negociar colectivamente si así lo desea.
No es posible que una unidad de negociación represente a todos o a la mayoría de los empleados de la Cámara. La negociación colectiva que emprendan los trabajadores se llevaría a cabo por separado con cientos de legisladores y comités.
Los legisladores republicanos se oponen en general, calificando a los sindicatos de poco prácticos para las oficinas del Congreso que tienen cambios de horario imprevisibles y una rotación inevitable debido a las elecciones.
“Se trata de un concepto que puede crear numerosos conflictos de intereses y afectar a las responsabilidades constitucionales de los miembros ante el pueblo estadounidense sin la garantía de que se materialice ninguna mejora para el bienestar del personal”, dijo el representante Rodney Davis, republicano de Illinois, durante una audiencia sobre el tema celebrada en marzo.
Pero en su carta a los legisladores el viernes, Pelosi dijo que los empleados del Congreso merecen los mismos derechos y protecciones fundamentales que los trabajadores de todo el país, incluido el derecho a negociar colectivamente.
Un grupo de voluntarios llamado Congressional Workers Union ha liderado los esfuerzos de sindicalización.
“La semana que viene se pondrá a prueba la credibilidad de los legisladores. ¿Podrá nuestro jefe finalmente predicar con el ejemplo?”, tuiteó el grupo en respuesta al anuncio de Pelosi.
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