Un tribunal antiterrorista de Lahore ha condenado a muerte a seis hombres en relación con el espantoso asesinato en masa de un hombre de Sri Lanka acusado de blasfemia en 2021.
El tribunal también condenó a cadena perpetua a nueve personas, a cinco años de prisión a una persona y a dos años de cárcel a 72 personas implicadas en la matanza de vigilantes que sacudió Pakistán el año pasado.
Priyantha Kumara, director de una fábrica de 48 años en la ciudad oriental de Sialkot, fue golpeado hasta la muerte y su cuerpo fue incendiado por decenas de trabajadores enfurecidos el 3 de diciembre del año pasado.
Los trabajadores acusaron al cristiano de Sri Lanka de blasfemia por haber profanado carteles con el nombre del profeta Mahoma.
Los vídeos muestran cómo le persiguen hasta un tejado, le golpean con palos, le arrastran a la calle, le desnudan y le prenden fuego. Un colega que trató de ayudarlo fue empujado a un lado.
Kumara llevaba 10 años trabajando en la fábrica de ropa de Rajco Industries.
El ex primer ministro Imran Khan lo había calificado entonces de “horrible ataque justiciero” y “un día de vergüenza para Pakistán”.
Al parecer, sólo tres policías estaban presentes en el lugar del crimen y no lograron controlar a la violenta multitud que bloqueó la carretera. La policía local registró más tarde denuncias contra 900 trabajadores por incitación a la violencia y otras decenas por cargos de terrorismo y asesinato.
Unas 89 personas, entre ellas nueve menores, fueron juzgadas, según el fiscal.
La blasfemia está penalizada en Pakistán, país de mayoría musulmana, en virtud de leyes estrictas que conllevan la pena de muerte. Sin embargo, los linchamientos colectivos por la mera acusación de cometer blasfemia han sido un asunto frecuente en el país.
Un niño hindú de ocho años fue el más joven en ser acusado de blasfemia en 2021.
Cuarenta y tres testigos, entre ellos el colega de Kumara que había intentado salvarlo, fueron presentados por el fiscal el lunes.
Se enviaron las imágenes de 10 grabadoras digitales de la fábrica para su análisis forense y se localizó a los acusados a través de los vídeos de las redes sociales recuperados de los teléfonos móviles de 56 acusados, El Amanecer informó.
Abdul Rauf Wattoo, el fiscal principal, dijo a la AFP, que el “equipo de la fiscalía trabajó muy duro para presentar su caso al tribunal y llegar a esta sentencia”.
El bárbaro asesinato provocó protestas y vigilias generalizadas en ambas naciones, lo que llevó a los militares de Pakistán a condenar la violencia. También se pidió que se colgara públicamente a los asesinos.
“Este tipo de vigilantismo extrajudicial no puede ser condonado a cualquier precio”, había dicho el ala de prensa del ejército, añadiendo que el jefe del estado mayor del ejército había ordenado el pleno apoyo a la administración civil.
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