Antiguo Empire actor Jussie Smollett vuelve a los tribunales de Chicago para ser sentenciado el jueves tras su condena por mentir a la policía de la ciudad sobre un ataque racista y homófobo que dijo haber sufrido en 2019 pero que en realidad montó y orquestó él mismo.
Smollett, que se espera que siga negando su papel en el delito de odio fingido, se enfrenta a hasta tres años de prisión por cada uno de los cinco delitos de alteración del orden público -el cargo presentado por mentir a la policía- por los que fue condenado. Fue absuelto de un sexto cargo.
Como Smollett no tiene un amplio historial delictivo y la condena es por un delito de bajo nivel y no violento, los expertos no creen que el juez del condado de Cook, James Linn, lo envíe a una prisión federal, aunque podría ordenarle que cumpla hasta un año en la cárcel del condado. Como alternativa, podría ser puesto en libertad condicional y condenado a realizar servicios comunitarios.
Smollett, que es negro y gay, denunció al Departamento de Policía de Chicago en la madrugada del 29 de enero de 2019 que dos hombres con pasamontañas le habían golpeado en East Lower North Water Street, en Streeterville, cerca de su apartamento, le colocaron un fino lazo blanco alrededor del cuello, le vertieron un líquido desconocido y le sometieron a un torrente de insultos racistas y homófobos antes de huir.
En diciembre de ese año, el prometedor actor, antes estrella infantil en películas como The Mighty Ducks (1992) y Norte (1994), fue condenado en un juicio que incluyó el testimonio de dos hermanos nigeriano-estadounidenses, Abimbola y Olabinjo Osundairo, que dijeron a los miembros del jurado que Smollett les había pagado para que llevaran a cabo el ataque, dándoles dinero para los pasamontañas y la cuerda y dándoles instrucciones para que lo hicieran a la vista de una cámara de seguridad, de modo que pudieran utilizar las imágenes para publicitar el incidente.
Los fiscales dijeron que Smollett había indicado a los hermanos qué insultos ofensivos debían gritar, especificando que le dijeran que estaba en el “país MAGA”, una referencia al eslogan de la campaña “Make America Great Again” del entonces presidente Donald Trump, lo que indica su aparente intención de explotar las tensiones políticas, así como las raciales y sexuales del momento para avanzar en su perfil público.
Smollett declaró que no reconoció a sus dos “agresores” y que no sabía que eran los hombres que le atacaban, a pesar de haberlos conocido cuando trabajaban como extras en la serie de la HBO que le dio a conocer.
El gran alcance de la investigación policial implicada en el engaño de Smollett fue un aspecto importante del juicio y es clave en una demanda pendiente de 130.000 dólares que la ciudad ha presentado contra él para recuperar el coste de las horas extras de la policía, por lo que el juez Linn podría también condenarle a pagar una cuantiosa multa y una restitución.
El abogado principal de Smollett, Nenye Uche, ha dicho que pedirá al juez que desestime los cargos antes de la sentencia, aunque es poco probable que se le conceda, una eventualidad que (sujeta a apelación) cerraría el capítulo final de un notorio caso criminal que ha atraído titulares en todo el mundo.
Durante la audiencia del jueves, los fiscales y los abogados del acusado tendrán la oportunidad de presentar testigos y el propio Smollett podrá hacer una declaración.
Podría volver a protestar por su inocencia y también podría recordar al juez su amplio historial de voluntariado y donaciones a causas benéficas.
También podría argumentar que el impacto perjudicial que la ordea ha tenido en su prometedora carrera como actor ya es suficiente castigo.
A diferencia del juicio, el juez Linn ha accedido a permitir que los fotógrafos y una cámara de televisión entren en su juzgado para la audiencia, lo que significa que el público podrá, por primera vez, ver y escuchar a Smollett hablar sobre el asunto.
Información adicional de las agencias
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