El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, habló con una franqueza inusual sobre su salud el sábado y reconoció que pasó la noche en un hospital de la Ciudad de México luego de someterse a un cateterismo cardíaco el viernes.
López Obrador dijo que había preparado una “voluntad política” que se abriría en caso de que muera para orientar su movimiento, pero dijo que “no creo que se necesite”.
El presidente dijo que sus médicos se habían preocupado, aparentemente por un posible bloqueo de sus arterias, después de que se sometió a una prueba de esfuerzo hace un par de semanas. Estaba programado para someterse al cateterismo en ese momento, pero contrajo COVID-19 y el procedimiento tuvo que suspenderse.
López Obrador dijo que el cateterismo, en el que se inserta un tubo pequeño y flexible en un vaso sanguíneo, encontró que “las arterias están bien, no había obstrucción”.
Sin embargo, dijo que había hecho preparativos como el testamento en caso de que muera. No reveló lo que dice el documento.
Debido a que López Obrador construyó su partido Morena en gran parte él mismo, y es abrumadoramente su figura central, ha habido preocupaciones de que podría intentar seguir dirigiendo el país después de que finalice su único mandato permitido en 2024.
López Obrador ha dicho que se retirará de la vida pública y regresará a su rancho en el sur de México en 2024.
López Obrador acababa de regresar a la vista del público esta semana después de una semana de aislamiento por su segunda infección por COVID-19 en un año.
El presidente de 68 años sufrió un infarto en 2013 y tiene presión arterial alta.
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