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Qatar pagó más de 10 millones de dólares a una empresa formada por ex agentes de la CIA para intentar acallar las críticas del jefe del fútbol alemán contra la organización de la Copa del Mundo de 2022 por parte de la rica nación árabe, según ha descubierto una investigación de The Associated Press.
La operación de influencia encubierta de varios años, cuyo nombre en clave es “Proyecto Riverbed”, tenía como objetivo a Theo Zwanziger, un ex miembro del comité ejecutivo de la FIFA y presidente de la federación alemana de fútbol que fue un crítico abierto de la decisión de 2010 de otorgar el torneo deportivo más popular del planeta a Qatar, según los registros internos de la empresa revisados por la AP.
“Es una sensación muy, muy extraña cuando estás involucrado en el deporte y comprometido con los valores del deporte, ser seguido e influenciado”, dijo Zwanziger a la AP en una entrevista la semana pasada.
La Copa del Mundo de Qatar, cuyo inicio está previsto para noviembre, ha estado durante mucho tiempo salpicada de acusaciones de corrupción e irregularidades. Los fiscales estadounidenses dijeron en 2020 que se pagaron sobornos a los miembros del comité ejecutivo de la FIFA para obtener sus votos. Qatar ha negado cualquier delito.
Los documentos revisados por AP proporcionan nuevos detalles sobre los esfuerzos de Qatar para ganar y mantener el torneo, específicamente el trabajo del país con el ex oficial de la CIA Kevin Chalker y su compañía, Global Risk Advisors. Los documentos se basan en los informes anteriores de AP sobre el trabajo de Chalker para Qatar.
Los funcionarios qataríes no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Chalker reconoció en un comunicado que GRA trabajó en un Proyecto Riverbed, pero dijo que sólo era “un proyecto de seguimiento de los medios de comunicación con personal en prácticas y supervisado por un empleado a tiempo completo, que se encargaba de leer y resumir los artículos de noticias.”
“La información de AP para este artículo se basa en información falsa de fuentes no identificadas”, decía el comunicado de Chalker.
El portavoz de Chalker, David Wells, dijo que no podía decir quién era el cliente del Proyecto Riverbed ni proporcionar otros detalles, como la duración del mismo o los nombres de los empleados que trabajaron en él. El abogado de Chalker, Brian Ascher, dijo que Zwanziger nunca fue objeto de una campaña de influencia encubierta por parte de GRA.
Los registros revisados por AP indican lo contrario.
“El objetivo principal del Proyecto Riverbed era neutralizar la eficacia de las críticas de Theo Zwanziger a la Copa del Mundo de Catar 2022 y sus intentos de obligar a la FIFA a quitarle la Copa del Mundo a Catar”, decía un documento de GRA revisado por la AP.
La AP revisó cientos de páginas de documentos de las empresas de Chalker, incluyendo un informe final, memorandos y documentos presupuestarios. Múltiples fuentes con acceso autorizado proporcionaron los documentos a la AP. Las fuentes dijeron que estaban preocupadas por el trabajo de Chalker para Qatar y pidieron el anonimato porque temían represalias.
La AP tomó varias medidas para verificar la autenticidad de los documentos. Eso incluye confirmar los detalles de varios documentos con diferentes fuentes, como antiguos asociados de Chalker, y examinar los metadatos de los documentos electrónicos, o el historial digital, cuando están disponibles, para confirmar quién hizo los documentos y cuándo.
Elliott Broidy, un antiguo recaudador de fondos para el ex presidente de Estados Unidos Donald Trump, ha demandado a Chalker y le ha acusado de montar una amplia campaña de hackeo y espionaje bajo la dirección de Qatar. Broidy ha alegado en los archivos judiciales que Chalker y GRA apuntaron a Zwanziger con una campaña de influencia encubierta como la descrita en los documentos revisados por la AP. El equipo legal de Chalker ha argumentado que la demanda no tiene fundamento, y un juez desestimó la demanda general de Broidy, aunque dejó la puerta abierta para que el caso continúe.
El proyecto Riverbed se llevó a cabo desde enero de 2012 hasta mediados de 2014 y “empleó con éxito complejas técnicas tradicionales de inteligencia para dirigirse a individuos dentro del círculo de influencia de Zwanziger y modificar el sentimiento asociado con la Copa del Mundo de Qatar”, según un documento que resume el esfuerzo de Riverbed revisado por la AP.
Se trataba de crear una “red de influenciadores” formada por personas cercanas al funcionario de fútbol alemán que le transmitieran opiniones favorables a la celebración de la Copa del Mundo por parte de Qatar. Para ello, GRA enviaba a una “fuente” o “lanzador” para que hablara con los influenciadores de manera que no sospecharan que se trataba de una campaña de mensajes concertada, según los documentos internos.
“La interacción siempre retrató un mensaje consistente: la Copa del Mundo de 2022 en Qatar era buena para los negocios, reunía a Oriente Medio y Occidente y era buena para el mundo”, decía el informe. GRA dijo en un informe que hubo “miles” de estas interacciones con Zwanzigerred.
Los registros de la GRA decían que el proyecto Riverbed había sido aprobado inicialmente con un presupuesto de 27 millones de dólares y que Qatar se había retrasado en los pagos y no había aportado todos los fondos.
A pesar de las limitaciones fiscales, la GRA dijo que Riverbed fue un éxito.
“Zwanziger cree ahora que Qatar debe retener la Copa del Mundo de 2022 para que la comunidad internacional sea más consciente de las condiciones de los trabajadores migrantes en Qatar y presione para una amplia reforma de los derechos humanos y de los trabajadores qataríes”, dice GRA en su resumen ejecutivo.
La empresa se equivocó.
En una entrevista radiofónica con una emisora alemana en junio de 2015 -un año después de la supuesta finalización del “Proyecto Riverbed”- Zwanziger repitió su afirmación de que Qatar es “un cáncer del fútbol mundial.”
Esto llevó a la Asociación de Fútbol de Catar a presentar una demanda civil contra Zwanziger en un intento de evitar que hiciera tales comentarios en el futuro. El caso fue desestimado por el tribunal regional de Düsseldorf, que dictaminó que Zwanziger estaba en su derecho de libertad de expresión.
Zwanziger tuvo más dificultades legales después, cuando él y los miembros del comité organizador de la Copa del Mundo de Alemania 2006 se enfrentaron a investigaciones de corrupción en Fráncfort y Suiza. Zwanziger negó cualquier delito y en agosto de 2019 acusó a los fiscales suizos de malinterpretar deliberadamente las pruebas. El juicio suizo terminó en abril de 2020 sin sentencia.
Zwanziger dijo que es reivindicativo saber ahora que fue el objetivo de una campaña de manipulación fallida.
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Suderman informó desde Richmond, Virginia.
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