El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dicho que Rusia debería ser expulsada de la alianza de las principales economías del Grupo de los 20 (G20) como castigo por la guerra de Vladimir Putin en Ucrania.
Estados Unidos, la UE y el Reino Unido han respondido a la tan temida invasión imponiendo duras sanciones económicas contra bancos, empresas y oligarcas rusos durante el último mes, en un intento de obligar a Moscú a abandonar su conquista sin recurrir a una intervención militar en nombre de un Estado no perteneciente a la OTAN.
El rublo ruso se ha desplomado frente al dólar estadounidense, su banco central se ha visto obligado a duplicar su principal tipo de interés y a imponer controles de capital, mientras que las empresas occidentales han cortado sus lazos con el país en una señalada muestra de oposición a un conflicto que gran parte del mundo condena de forma unánime como injustificado e inhumano.
En su intervención en Bruselas el jueves, donde los líderes de la OTAN debatieron la cuestión de la exclusión de Rusia, Biden sugirió que permitir a Ucrania asistir a la próxima cumbre del G20 en Bali, Indonesia, en noviembre, podría ser también una opción.
“Lo más importante es que nos mantengamos unidos y que el mundo siga centrándose en lo bruto que es este tipo y en todas las vidas de personas inocentes que se perderán y arruinarán y en lo que está ocurriendo”, dijo a los periodistas.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, respondió a la última medida para aislar a Rusia en la escena mundial insistiendo en que no ocurrirá nada terrible si su país es expulsado del colectivo.
“El formato del G20 es importante, pero en las circunstancias actuales, cuando la mayoría de los participantes están en estado de guerra económica con nosotros, no ocurrirá nada terrible”, dijo Peskov a los periodistas.
Afirmó que el mundo es mucho más diverso que sólo EE.UU. y Europa y predijo que los esfuerzos estadounidenses por dejar de lado a Rusia fracasarían.
Peskov añadió que otros países -quizás en alusión a China, que hasta ahora se ha mantenido cautelosa en el tema de Ucrania- estaban adoptando un enfoque más sobrio respecto a la situación y no estaban quemando puentes con Moscú, al menos con un ojo puesto en las futuras relaciones de política exterior.
Entonces, ¿qué es exactamente el G20 y hasta qué punto es factible la exclusión de Rusia?
El grupo se formó por primera vez el 26 de septiembre de 1999 en respuesta a las crisis financieras asiáticas de la época como un foro para que los líderes de las mayores economías del mundo se reunieran para discutir soluciones a los problemas monetarios compartidos, pero rápidamente amplió sus competencias para abarcar una gama más amplia de temas como la emergencia climática y el acceso mundial a las vacunas.
El G20 está formado por los siete miembros del G7 -Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos-, así como por las siguientes superpotencias y economías en rápido desarrollo: Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, Corea del Sur, México, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía.
Su vigésimo miembro es la UE, que ya es un bloque de 27 Estados miembros, por lo que el G20 tiene en cuenta en realidad las preocupaciones de 43 países diferentes en total.
En términos de población y peso económico, el grupo representa el 60% de los habitantes del planeta, el 80% de su producto interior bruto y el 75% del comercio exterior.
Sin embargo, una crítica habitual al G20 es que Sudáfrica sigue siendo su único representante africano y la ausencia de Nigeria, la mayor economía del continente, en su lista parece cada vez más un descuido flagrante.
El G7, por cierto, era el G8 hasta 2014, cuando Rusia fue expulsada de esa agrupación como castigo por su anexión de Crimea de Ucrania ese año, un acto de agresión en respuesta a las protestas populares del Maidán en Kiev que expulsaron del poder al presidente prorruso Víktor Yanukóvich y pusieron en marcha los combates en el este del país, que a su vez inspiraron la salvaje y cínica intervención del señor Putin el mes pasado.
Teniendo en cuenta este precedente, excluir a Rusia del G20 sería al menos coherente desde el punto de vista diplomático, y evitaría algunas conversaciones muy incómodas en la próxima reunión del colectivo en Bali.
Sin embargo, hacerlo podría desencadenar un boicot por parte de otros Estados miembros y, por el momento, se entiende que Putin sigue planeando asistir y contaría con el respaldo de China para hacerlo.
“El G20 es el principal foro de cooperación económica internacional”, declaró esta semana el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin.
“Rusia es un miembro importante, y ningún miembro tiene derecho a expulsar a otro país. El G20 debe poner en práctica el multilateralismo real, fortalecer la unidad y la cooperación.”
El G20 lleva a cabo una gran cantidad de preparativoscumbres, con meses de reuniones a nivel ministerial celebradas con antelación para concretar los temas que deben tratar los jefes de Estado, que van desde los asuntos exteriores hasta el comercio, las finanzas, la educación, la salud y el medio ambiente.
Mientras que el país anfitrión pretende mostrar lo mejor de su país en oportunidades de fotos de agarre y sonrisa, las reuniones también se convierten inevitablemente en centros de atención para los manifestantes que buscan llamar la atención sobre asuntos de importancia nacional y mundial, con el destino de Ucrania y el planeta que probablemente se avecina en Indonesia este otoño.
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