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El Reino Unido y los EE. UU. han amenazado con sancionar personalmente al presidente ruso, Vladimir Putin, si decide invadir Ucrania.
Esto se produce cuando la presencia de más de 100.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania ha traído el espectro de la guerra a Europa.
Mientras Occidente envía armas a Ucrania en preparación para un posible conflicto, continúa intentando disuadir a Rusia de una incursión militar mediante la amenaza de sanciones económicas. Moscú niega que quiera atacar a su vecino, como lo hizo en 2014 en Crimea, pero enfatiza que puede mover tropas como le plazca dentro de su territorio.
El miércoles se llevarán a cabo conversaciones diplomáticas entre funcionarios de Rusia, Ucrania, Francia y Alemania en París.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el martes que una invasión rusa podría dar lugar a sanciones contra el propio Putin. Estados Unidos rara vez toma medidas de este tipo contra los líderes de otros países, aunque las excepciones incluyen las dirigidas contra Nicolás Maduro de Venezuela y Bashar al-Assad de Siria en los últimos años.
El Kremlin se opuso a la sugerencia el miércoles, diciendo que Occidente no tiene suficiente “conocimiento experto” sobre el tema.
Un portavoz dijo que cualquier movimiento para sancionar al líder ruso sería políticamente destructivo pero no doloroso.
El gobierno británico también planteó la posibilidad de sancionar al presidente ruso esta semana, y la secretaria de Relaciones Exteriores, Liz Truss, dijo que los ministros “no descartaban nada”.
“Presentaremos una nueva legislación para hacer que nuestro régimen de sanciones sea más duro para que podamos apuntar a más empresas e individuos en Rusia. Lo presentaremos en los próximos días”, agregó.
Mientras tanto, Boris Johnson dijo el martes que la unidad occidental era vital “para disuadir cualquier agresión rusa”. Hablando en la Cámara de los Comunes, el primer ministro insinuó que Rusia podría ser excluida del sistema de pagos global Swift como parte de un conjunto de medidas económicas.
Aunque tanto Reino Unido como EE. UU. han hecho saber que no enviarán tropas para ayudar a Ucrania, que no es miembro de la OTAN, sí han enviado material militar a su aliado.
La Sra. Truss dijo que el Reino Unido estaba proporcionando armas defensivas a Kiev, mientras que un tercer envío estadounidense de equipo militar aterrizó en Ucrania el martes. Esto viene como parte de un paquete de soporte de EE. UU. de $ 200 millones (£ 148 millones). Un total de 8.500 soldados estadounidenses podrían desplegarse en el flanco este de la OTAN si se considera necesario.
Si las tropas rusas atacan Ucrania, constituiría “la mayor invasión desde la Segunda Guerra Mundial” y “cambiaría el mundo”, advirtió Biden.
Por su parte, Ucrania enfatizó su compromiso con una solución diplomática para aliviar las tensiones. El presidente del país, Volodymyr Zelensky, ha tratado de calmar al público ucraniano, mientras que su ministro de Relaciones Exteriores dijo que Rusia no ha acumulado suficientes tropas para una invasión a gran escala.
“No hay lentes color de rosa, ni ilusiones infantiles, no todo es simple… Pero hay esperanza”, dijo Zelensky. “Protege tu cuerpo de los virus, tu cerebro de las mentiras, tu corazón del pánico”.
En otra parte, Sergiy Korsunsky, el embajador de Ucrania en Japón, sugirió que había pocas posibilidades de una ofensiva total y advirtió a Moscú sobre los peligros de invadir un país con 15 reactores nucleares. “Creo que una guerra a gran escala es muy, muy, muy difícil de esperar, pero podemos ver un conflicto más localizado”, dijo.
El miércoles, Alexey Pavlovsky, el embajador ruso en Australia, afirmó que el Kremlin no quería lanzar una incursión.
“Nuestras tropas en la frontera… Estas tropas no son una amenaza, son una advertencia. Una advertencia a los gobernantes de Ucrania para que no intenten ninguna aventura militar imprudente”, dijo.
Información adicional de Reuters
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